Kina Fernández viaja a la Riviera

Vanessa Monteiro

SOCIEDAD

La creadora asegura que la escasa presencia de modistos gallegos en Cibeles es «una coincidencia»

18 sep 2008 . Actualizado a las 12:41 h.

La ourensana Kina Fernández llevó ayer a la tercera jornada de la Cibeles Madrid Fashion Week una propuesta «más sensual que sexy », según explicaron la creadora y su hija María, encargada del departamento de diseño de la marca. La sala Cibeles se transformó en una verdadera playa chic de la Riviera francesa: iluminación blanca, evocando el calor del verano, para dar luz a la colección; cuerda amarrada a maderas, como en los puertos, y gaviotas decorando la pasarela. Todo esto para intentar recrear a pequeña escala este ambiente sofisticado de las costas galas.

La propuesta «respira mucho este aire fresco del mar» y se inspira en las líneas de los años treinta y del charlestón. El blanco, el beis y el azulón componen las prendas para el día y al llegar la noche el verde y los grandes escotes se apoderan de los vestidos. «La fuerza de esta colección está más en la mezcla de tejidos y de colores que en los detalles en sí», explicó, y resaltó que, aunque se cuidan los cortes, no se pretendía llegar a un resultado recargado.

La colección juega con las rayas y los cuadros en shorts y bañadores con la típica raya marinera. Los complementos cobran protagonismo en forma de grandes bolsos, sandalias y el elemento más característico y original de la colección: un gorrito estilo Popeye, elaborado en los colores y tejidos de la ropa, que lucieron con gracia las modelos. Pantalones de pierna ancha y raya planchada, chaquetas de punto y la prenda básica de la propuesta de Kina, el vestido.

Los tejidos más utilizados fueron la seda para los vestidos y el algodón para pantalones. «Hemos considerado importante en esta ocasión jugar con la tela, la caída y el volumen; estamos hablando de cuatro o cinco metros de tela para cada vestido», señalan. Sin embargo, en esta ocasión los detalles pierden fuerza, utilizando pedrería e incrustaciones sin llegar a recargar los diseños. La sensualidad está muy presente al llegar la noche, con talles bajos y caídas que siguen la silueta, en ocasiones en forma de sirena.

El espectáculo fue completo. Kina Fernández logró trasladar al espectador en tiempo, ambiente y música a la costa francesa de los años treinta. En las gradas, disfrutaron del pase rostros conocidos, como los presentadores Jorge Fernández, Paula Vázquez y Paloma Lago, y la ex ministra Ana Pastor, entre otros.

Más espacio y tiempo

La gallega y su hija se unieron a la voz unánime de los diseñadores invitados a Cibeles para alabar la iniciativa que pretende acercar la pasarela española a los mejores escenarios de la moda internacional. «Me parece estupendo», aseguró Kina Fernández, que explicó: «Hemos ganado en espacio y en tiempo y trabajamos más a gusto y mejor, con más margen para montar, preparar a las chicas y perfeccionar la escenografía».

Sin embargo, ambas destacaron la baja calidad del casting . La selección de las modelos fue en esta edición el elemento más criticado. En palabras de María, ellas son, junto a la ropa, lo más importante en un desfile. «Creo que queda mucho por mejorar en materia de casting . Una prenda llevada por una chica o por otra cambia al cien por cien», explicó la diseñadora. La creadora se refirió también a la limitada presencia de creadores gallegos en la pasarela Cibeles de los últimos años. Dijo que se trata de «una coincidencia». «Hay altos y bajos, las empresas gallegas que desfilaban aquí ahora están en otras partes», dijo. No obstante, consideró que «la moda no tiene nacionalidad, no es gallega o catalana. La creación y el diseño no tienen fronteras».

Urbana y cosmopolita

En la tercera jornada de Cibeles, esto presente también el mallorquín José Miró, que, aludiendo al término flaneur, acuñado por Baudelaire , dio nombre a su colección. La modernidad y la funcionalidad fueron sus dos grandes objetivos para vestir a una mujer urbana, cosmopolita y vanguardista. Propuso un conjunto de prendas funcionales que destacan las formas femeninas y apostó por una mujer atrevida que no renuncia a la sostenibilidad. Los tejidos van del algodón orgánico al regenerado y sedas, linos y rafias que aportan frescura. Vestidos muy cortos de cuello alto, pantalones anchos y transparencias en los trajes para la noche. Los colores son el blanco, el beis y el verde, y las rayas estuvieron muy presentes.

La diseñadora mallorquina Carmen March llevó el color a la Sala Neptuno de la semana de la moda española, en una propuesta plagada de minifaldas y minivestidos. Los pantalones dotty y las faldas pantalón pusieron el toque de originalidad. Vestidos de noche largos combinados con zapatos planos y complementos elaborados con materiales naturales, para una mujer renovada y sofisticada. La misma sofisticación aportó Andrés Sardá inspirándose en los cuatro elementos para sus trajes de baño, bikinis, trikinis y túnicas vaporosas, para una mujer «ninfa», como la definió.