Algunos sacerdotes dicen que la apertura de Roma supone «aprovecharse de la debilidad del contrario»
22 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.«Es vergonzoso, lo que ha hecho el Papa es aprovecharse de la debilidad del contrario para asegurarse el triunfo, como un club de fútbol grande que se aprovecha y compra a saldo los jugadores de un equipo que acaba de descender a Segunda División». De esta manera tan gráfica respondía ayer un vicario de la Iglesia anglicana al mensaje del Vaticano de dar la bienvenida en el seno de la Iglesia católico romana mediante prelaturas personales a todos aquellos anglicanos que se oponen a la ordenación de mujeres y homosexuales como obispos.
Ayer The Times ponía una cifra al posible éxodo de desencantados con el anglicanismo liberal, corriente que se opone a la más conservadora y cuyas diferencias amenazan con llevar un cisma a esta confesión con 700 millones de feligreses. Según el rotativo inglés, alrededor de mil sacerdotes podrían abandonar la Iglesia de Inglaterra, y otros muchos miles de las iglesias de Estados Unidos (episcopalianos) y Australia si prospera la oferta lanzada por Roma.
En Inglaterra creen que la oferta del Vaticano conlleva además una cierta dosis de mala fe, ya que tal acción echaría por tierra los esfuerzos del arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, por llevar el consenso y la paz a la Comunión Anglicana. El mensaje del Vaticano se ha visto en Inglaterra como un intento de Roma por echar más leña a un fuego que amenaza con convertir en cenizas décadas de diálogo ecuménico.
Otra consecuencia de esta medida que a muchos ha recordado a las acciones de un Vaticano de hace doscientos o trescientos años, es la de poner bajo la guillotina la cabeza del arzobispo de Canterbury. Ya han surgido voces en el seno del anglicanismo que acusan a Williams de «capitular» ante Roma y que incluso piden su dimisión.
Uno de los motivos, tal como explica The Times, por el que se ha tachado a Williams de poseer su excesivo espíritu acomodaticio con el Vaticano, es por la declaración conjunta que hizo pocas horas después del anuncio con el primado católico, el arzobispo de Westminster, en la que entre otras cosas reconocía «la común fe católica y la aceptación del ministerio de Pedro».
Según The Times, Rowan Williams informó a sus obispos de la decisión de Roma esta misma semana, ya que él a su vez fue avisado sin apenas tiempo. Para explicarle el anuncio se desplazó el fin de semana a Londres William Levada, el cardenal responsable de la Congregación para la Doctrina de la Fe que dio el martes la rueda de prensa.
Christian Rees, del grupo anglicano feminista Watch, describió la medida vaticana de «caza ilegal», y agregó que «esta no es una bienvenida normal, es una bienvenida efusiva en la que casi se anima a los sacerdotes anglicanos a que abracen el catolicismo romano». Para Rees, el Vaticano no ha actuado con transparencia «por lo que cundirá la impresión de que es una maniobra predatoria», agrega.