Uno de los expertos fichados por el PSOE para elaborar el programa electoral asegura que si el aumento es de seis grados la humanidad desaparecerá en 30 o 40 años.
28 oct 2009 . Actualizado a las 18:29 h.Si la temperatura global sube tres grados centígrados, las condiciones climatológicas serán como las de hace tres millones de años, con una flora y una fauna completamente distintas a las que ahora conocemos, pero si el aumento es de seis grados, la humanidad «colapsará» y desaparecerá en 30 ó 40 años.
Así de tajante se ha mostrado hoy el economista estadounidense Jeremy Rifkin, ex asesor del Gobierno de Bill Clinton y Al Gore y uno de los catorce expertos internacionales fichados por el PSOE para elaborar el programa electoral de los comicios de 2008.
En una videoconferencia impartida hoy en la jornada «El reciclaje energético en la sociedad europea del reciclado», Rifkin ha advertido que todas las previsiones realizadas por los científicos en el 2001 se han quedado obsoletas y que el cambio climático va «infinitamente» más rápido de lo previsto.
«Esperábamos el deshielo del Ártico para finales de siglo y la desaparición de los glaciares de montaña para el siglo próximo pero ambas cosas están ocurriendo ahora» y «seguimos sin ser conscientes de lo que eso significa: el fin del mundo tal y como lo conocemos».
Es un hecho señalado por los científicos de la ONU: cada grado de aumento de la temperatura hará que las lluvias sean más intensas y las sequías más prolongadas, y estos cambios se producirán en sólo dos generaciones, «entre nosotros y nuestros nietos», ha advertido.
Para Rifkin, estos efectos son resultado de un modelo económico que además de impactar sobre el planeta ha generado la crisis actual porque está basado en unos combustibles fósiles que se están agotando y encareciendo.
«Cuando el barril de petróleo superó los 147 dólares, la economía mundial se paralizó porque ese sobrecoste se trasladó a los precios y la inflación fue tan elevada que el motor económico de la globalización se paró. Seis días después cayó el mundo crediticio porque no podía sostenerse».
Por eso, asegura Rifkin, ha llegado la hora de construir un nuevo modelo económico y de encarar «la tercera revolución industrial», que será la única solución para la crisis y el cambio climático.
La UE se ha comprometido a liderar esta revolución y España, que cuenta con la tecnología necesaria, podría liderarla, según Rifkin.
El nuevo modelo, explica este economista, consiste en utilizar las energías renovables «allá donde estén» y «crear una red integrada para compartirla como ya compartimos la información en internet», algo que «para una generación que ha crecido con las redes sociales y la sociedad de la información, no será difícil».
Rifkin explica que el nuevo modelo no consiste en crear parques eólicos o solares que después tengan que distribuir esa energía, sino en construir edificios capaces de captar la energía solar y la eólica e incluso de transformar sus residuos en más energía.
Con ello, asegura este economista, por primera vez el gran beneficiado puede ser el Tercer Mundo porque el régimen económico y energético dejará de ser «insostenible y elitista» y de estar en manos de unos cuantos para ser «democrático» y popular.
«Y aunque les parezca increíble», sostiene Rifkin, gran parte de esta revolución depende del Gobierno español y de su futura Ley de Economía Sostenible, que podría ser la primera norma capaz de lograr la «democratización de la energía».
Es más, «Obama está mirando a España y a su legislación para ver cómo se encamina hacia esta economía verde y seguir su ejemplo» porque ahora mismo «el Gobierno de Obama está más en manos de los lobbies de presión que en manos de los ciudadanos».