El nieto favorito de Gianni Agnelli hereda el imperio Fiat a los 34 años

Kelly Velásquez

SOCIEDAD

Desde el 2004 ejercía de vicepresidente. Reemplaza a Luca Cordero di Montezemolo, de 62 años.

21 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

John Elkann, familiarmente llamado Yaki, asumirá hoy la presidencia de Fiat, el mayor grupo industrial italiano, a los 34 años de edad. Elkann, que desde el 2004 ejercía de vicepresidente, reemplaza a Luca Cordero di Montezemolo, de 62 años, quien ayer dio por cumplido «el traspaso» del heredero de la familia Agnelli a la cabeza del grupo. Se cierra así la complicada y trágica sucesión del gran patriarca de Fiat, el avvocato Giovanni Agnelli, quien antes de morir, en el 2003, designó como heredero a Elkann cuando solo contaba 27 años de edad.

Antes habían fallecido Giovanni Alberto, sobrino de Gianni Agnelli y heredero designado inicialmente-, por un raro cáncer de estómago en 1997, con apenas 33 años; y el hijo mayor de Gianni, Edoardo, con problemas de drogas, se suicidó en el 2000 arrojándose desde un puente a una autopista.

Elkann es hijo de Margherita Agnelli, hija menor del avvocato, y del escritor y periodista Alain Elkann. Su hermano Lapo, en quien también se había pensado para la sucesión, abandonó sus responsabilidades en Fiat tras sufrir una sobredosis de drogas en el 2005 y lanzó una marca de moda, Italia Independent, que diseña gafas de sol y otros complementos.

Alto, flaco, refinado, Yaki Elkann es una persona cosmopolita: nació en Nueva York, vivió en Brasil, París y Londres. Estudió ingeniería y, según la leyenda, cuando era adolescente su abuelo solía obligarlo a pasar las vacaciones trabajando en la fábrica como parte de su formación.

Casado con Lavinia Borromeo, perteneciente a una conocida familia aristocrática, John Elkann es padre de dos hijos. Para la industria italiana representa «un treintañero que no muestra la arrogancia de los ricos y cuenta con el mismo encanto que tenía su abuelo», según lo describió la revista inglesa Economist. De momento, la Bolsa de Milán reaccionó con entusiasmo a su llegada: las acciones de Fiat se dispararon ayer un 8%.