Kina Fernández viste de oro a una mujer hiperfemenina

Alejandro Posilio MADRID/LA VOZ.

SOCIEDAD

Abrió la última jornada de Madrid Fashion Week con una colección de aire campestre

23 sep 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Una colección con aire de campo, inspirada en los tejidos del hogar rústico, donde los cortinones o la mantelería se convierten en delicados faldones con profundos pliegues, cinturas ceñidas y amplios volúmenes. Así fue la colección que la gallega Kina Fernández presentó ayer en la última jornada de Madrid Fashion Week, en la que apuesta por diseños de estética de los años cincuenta para una mujer hiperfemenina, sello de la casa, envuelta en gasas de seda y jacquard de rayas.

Predominan los dibujos geométricos, con rayas anchas y estrechas, cuadrados y discretos motivos vegetales, propios de la decoración del hogar de campo, sobre tejidos rústicos y naturales, desde los algodones más rudos hasta las organzas de seda más delicadas.

Los vestidos, de cinturas de avispa, escotes cruzados y distintos largos, pantorrilla, rodilla y tobillo, se alternaron con faldas de grandes volúmenes, con cinturas ceñidas, pero abiertas y amplias por abajo. Solo en los modelos más veraniegos, la diseñadora afincada en A Coruña, que ha cedido la dirección artística a su hija María, optó por los más cortos.

A lo largo de las 60 salidas del desfile se pudieron contemplar pantalones remangados, de talle alto, pitillos y tobilleros, que combinaron con coquetas blusas y americanas cortas pero simples, que ceden el protagonismo a la riqueza y suntuosidad de los tejidos. También aparecieron faldas con cancán, además de minishorts, bañadores y monos cortos.

El oro, muy presente

Los tonos son naturales, avellana, beige, crudo y negro, que los rompe un poquito con el azulón y un toque rosa. Ahora bien, como color protagonista figura el oro, que está presente en toda la colección en muchos detalles, complementos, zapatos y pasamanerías de lurex, así como en cadenas, botones y broches.

Esta riqueza igualmente la trasladan a la noche, donde acaba casi todo con ese oro brillante, pero muy delicado, que recuerda a las luciérnagas nocturnas por los destellos, aunque de manera delicada y nada pesada. Destacan también las combinaciones de este color con detalles azules, en una mezcla atrevida y bastante novedosa.

Llamaron la atención algunos accesorios, como los tocados de tres tipos: lazada, mini-trilby y canotier veneciano -estos últimos apenas se sostenían sobre el peinado-, que dan un aire divertido y desenfadado a la colección, en la que no hay bolsos, pero sí zapatos de plataforma importante, algunos en piel de serpiente y tonos llamativos, con tacones altos.

En resumen, una colección original, simple y muy femenina, muy del gusto de las mujeres rusas y del medio oriente, lugares en los que la casa Kina Fernández se está haciendo un hueco a través de Internet.

Ayer también le tocó el turno a David Delfín, que presentó una colección corta y atractiva. Con tan solo 29 salidas, bañadas en blanco, negro y azul eléctrico, ofreció un maravilloso concierto de prendas desestructuradas y originales patrones sobre tejidos como el nailon, el acetato, la poliamida o elastán. Cintas de protección, elementos de andamiaje y arneses de plástico fueron el hilo conductor de Tautología.