Una oenegé inicia una campaña para que estos menores dejen de ser «invisibles»
19 nov 2010 . Actualizado a las 02:00 h.La organización Save the Children y la Secretaría de Estado de Igualdad han lanzado una campaña informativa para que los niños afectados por la violencia machista ejercida contra sus madres «dejen de ser invisibles». Con el lema En violencia de género no hay una sola víctima, la campaña muestra en televisión y radio a una mujer siendo amenazada verbalmente por su pareja, mientras un niño pequeño escucha desde detrás de la puerta.
En prensa, la campaña estará ilustrada con dibujos hechos por los hijos de mujeres maltratadas en el transcurso de las sesiones de apoyo y terapia; como el de Pablo, un niño de siete años que pinta a una mamá que llora frente a un hombre que la amenaza con un cuchillo.
«Estos niños no son meros testigos de la violencia, son víctimas, y queremos que dejen de ser invisibles», subrayó la responsable de incidencia política de la oenegé, Yolanda Román, quien asegura que en España «pudiera haber» unos 800.000 niños en esta situación.
La propia Save the Children reconoce que esta cifra no es real, ya que resulta de calcular cuántas mujeres puede haber víctimas de la violencia machista, cuántas de ellas son madres y cuántos hijos tienen estas de media.
Por ello, la organización ha reclamado que se reconozca a estos niños como víctimas de la violencia sexista y pide que se cuantifique el número real de menores que se encuentran en esta situación.
Además, han solicitado que los profesionales que realicen una intervención con estos niños tengan una formación específica tanto en infancia como en violencia doméstica, especialmente los profesionales de los juzgados de violencia sexista que atienden a las mujeres y a sus hijos cuando van a poner una denuncia.
Controlar a las madres
Por su parte, la secretaria de Estado de Igualdad, Bibiana Aído, ha asegurado que los niños suelen ser utilizados «como medio e instrumento para ejercer control y hacer daño a la madre» y necesitan apoyo y ayuda específica para superar los miedos, inseguridades y traumas que les causa ese abuso.
Además, Aído subrayó que, para acabar con la violencia machista, «es necesario romper la cadena generacional» que supone el que los niños repitan de mayores las conductas y modos que aprendieron de niños en un hogar en el que el padre trata con desprecio y violencia a su mujer.
En la presentación también participó la actriz Aitana Sánchez-Gijón, quien prestó su voz para hacer públicos los comentarios de Marta, una chica de 18 años que fue víctima de la violencia machista ejercida contra su madre.
En la terapia, Marta explica que su infancia transcurrió sumida en la soledad de saber «que no tenía a nadie al lado» en quien apoyarse y el miedo hacia la persona que las dañaba a ella y a su madre.
Ese mismo miedo se trasladó más tarde a sus relaciones con las demás personas. «Miedo a que te puedan hacer daño o que tú puedas hacer daño, porque crees que el daño que hay a tu alrededor es culpa tuya», confiesa.