Verino da un toque oriental a su dulce originalidad

alejandro posilio MADRID / LA VOZ

SOCIEDAD

El diseñador gallego ofrece una colección práctica y atemporal en la primera jornada de la pasarela Cibeles

19 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Una colección para un hombre y una mujer plurales y multiculturales, con claro acento oriental. Así fue el desfile presentado ayer por el gallego Roberto Verino en la primera jornada de Cibeles Madrid Fashion Week, en la que una vez más demostró que sus creaciones combinan a la perfección la practicidad, la modernidad y la atemporalidad, que impregnan la gran mayoría de sus prendas, asequibles y funcionales.

Las creaciones de este modista verinés para la próxima temporada de otoño-invierno 2011/2012 destacan por su capacidad de mezclar tejidos masculinos, como tweed y espiga, con otros femeninos, como las puntillas íntimas. Esto produce una acertada combinación de lo funcional con lo sofisticado, donde las piezas se convierten en únicas para reforzar la identidad individual frente a la creación en masa.

En el desfile se pudieron ver trajes entallados con apliques y cierres orientales, chaquetas de cuello Mao, pantalones de línea sastre con largo al tobillo y trajes y blusas con mangas estilo kimono. Aunque aparecieron ciertos toques de color, el gris y el negro llevaron la voz cantante. También hubo dorados combinados con negro en gabardinas, capas y faldas.

Para el hombre, Verino apostó por trajes clásicos con la pernera muy estrecha en tweed y príncipe de Gales, además de abrigos de paño y chaquetones con llamativos cuellos de piel tintados en tonos ámbar y berenjena.

Los tejidos: lana y algodón para el día, y sedas y la fantasía de brocados, lacados o satinados para la noche. En las propuestas masculinas llamaron la atención los juegos, incluso engaños, de espaldas distintas a las delanteras. También destacaron los interiores, muy trabajados, donde el lujo de los acabados y los detalles bordados mostraban una clara intención de no conformarse con lo convencional, de creer que la calidad acaba teniendo éxito ante el consumidor inteligente, que sabe diferenciar lo que merece la pena.

Ahora bien, los aplausos más calurosos del público, incluidos los de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y los del diseñador Elio Berhanyer, se los llevaron dos trajes de noche hasta el tobillo, uno en rojo lacado en un tejido bordado prácticamente con criterio artesanal y otro negro de lentejuelas, escote en uve y sin mangas, que hicieron soñar a más de una. Por cierto, los bolsos de piel y las plataformas con adornos de Swarovski fueron todo un lujo.