Cuando se cumplen 40 años desde que fue condenado por el asesinato de siete personas, entre ellas la actriz Sharon Tate, casada con Roman Polanski y embarazada de ocho meses, Charles Manson se declara «un mal hombre que dispara a la gente». Desde la prisión californiana de Corcoran, Charles Manson, de 76 años, asegura en una entrevista concedida a Vanity Fair España que «la mala hierba nunca muere».
«Vivo en el inframundo. No le digo a la gente lo que tienen que hacer. Ellos saben lo que tienen que hacer. Y si no lo saben, no vienen a mí. Soy un mezquino, un sucio, un forajido y malo», afirma Manson, quien ha contratado al abogado italiano Giovanni DiStefano, conocido por haber defendido a Sadam Huseín, para intentar reabrir su caso.
DiStefano ha presentado un recurso ante el Comité Interamericano de Derechos Humanos en el que le solicita la anulación de la condena por haberse vulnerado durante el juicio los derechos de Manson. Explica que no se le permitió defenderse a sí mismo ni tampoco testificar ante un jurado, al que consideran que el fiscal del caso manipuló.