03 oct 2013 . Actualizado a las 12:26 h.
El saludo de Rajoy al emperador de Japón, Akihito, en el marco de los actos por el 400.º aniversario de las relaciones entre ambos países, fue una inclinación de cabeza tan leve que ha levantado polémica por incumplir el estricto protocolo nipón. En el país asiático se considera una falta de cortesía no inclinarse ante el emperador. La prensa de medio mundo resaltó ayer el gesto, así como la hilaridad que produjo en el presidente español la enorme rosa roja -con que se distingue allí a los invitados especiales- que le colocó en la solapa un responsable de protocolo japonés.