Llega el libro anti-Grey con un toque de pop

SOCIEDAD

El periodista Juan A. Ibáñez Cuenca lanza en «Con canciones de amor y sexo» su visión de las relaciones hombre-mujer

02 sep 2014 . Actualizado a las 15:40 h.

Las notas promocionales están para llamar la atención. Y la de Con canciones de amor y sexo lo ha logrado. Presentado como un libro anti Grey, en referencia a Cincuenta sombras de Grey de E.L. James, pretende mostrar algo totalmente diferente a la exitosa saga británica. Su autor, Juan A. Ibáñez Cuenca, dice que lo suyo existe ?mucho amor, generosidad, emoción, reflexiones y realismo» al contrario de lo que, según él, ocurre en el gran hit editorial que ha puesto de moda la novela erótica: «Por muy moderno que parezca la revolución Grey, en el fondo se dan muchos tópicos del amor romántico, digamos, estereotipado e incluso machista. Un tío rico y poderoso hasta decir basta, que seduce a  una dulce y virginal chica. Hay control y sumisión, y eso va mucho más allá del sadomasoquismo que hay en la cama».

Subtitulado Diario emocional y neorromántico, el volumen recorre las peripecias de Luis, un hombre que de pronto se encuentra solo tras una relación larga. Y empieza a conocer a nuevas mujeres usando Internet como vehículo. ¿Intenciones generacionales? «Más que generacional diría que es actual -señala-. Por edad, probablemente podría representar una generación de treintañeros, porque es más fácil que vivan situaciones similares?. De fondo, un sinfín de canciones se intercalan en el texto: «Todos tenemos nuestra banda sonora vital. Y esta historia la tiene. Son canciones maravillosas que todos deberían conocer [se ríe]. Y muy variadas, en cuanto a estilos y épocas. Pero están unidas por un sentimiento».

Por su páginas desfilan fragmentos de piezas de Depeche Mode, Mercedes Ferrer, Elvis Presley, Vetusta Morla, Adriano Celentano, Serge Gainsbourg o Bunbury. Algunos incluso acaban simbolizando momentos de la narración, como en ese pasaje inicial en el que el autor llega a conclusión que lo delatan como un adicto a la cultura pop: «Para [ella] yo no era su Carlos Vives. Pero tampoco ella podría ser mi Françoise Hardy». Se trata de una primera aventura frustrada por incompatibilidad de caracteres. Y hasta aquí podemos leer...

Sentadas las bases, cabe preguntarse en qué consiste ese neorromanticismo al que apela desde la misma portada. Se explaya a gusto: «Es un romanticismo un tanto distinto de los tópicos y mitos asociados al denominado amor romántico. Probablemente también es un ideal lo que propongo, pero este ideal creo que tiene más base en la realidad y es para mí más sano y generoso». En ese sentido, el autor asegura que repele conceptos como «sufrimiento», «posesión», «obligación», «relación cárcel», «por ti muero» o «me muero sin ti».

En los diferentes capítulos de Con canciones de amor y sexo aparece de continuo un concepto deliberadamente distorsionado: el de perder la virginidad. «Lo uso en el sentido de descubrimiento personal- explica-. Me pareció sugerente asociar esa idea de enfrentarse a lo nuevo, a descubrirse a sí mismo, disfrutar partiendo de cero y empezar una nueva vida con la pérdida de la virginidad, teniendo en cuenta que el sexo es parte fundamental de la historia».

Porque sí, pese a todo, aquí hay sexo. Mucho. «No es mojigato, desde luego», advierte. El suceder de las páginas le da la razón. Pero insiste en que se trata de una visión de igual a igual, con los sentimientos. Así lo argumenta: «Creo que hombres y mujeres somos más parecidos de lo que pensamos en el fondo. Ambos nos emocionamos, nos apasionamos y nos enamoramos. Aunque es cierto que el hombre no lo exterioriza de la misma manera. Y eso hace pensar que el hombre sufre menos, se enamora menos, se entrega menos, se compromete menos. Y eso no es así. Muchas veces al contrario. No hay nada más que ver, en general, cómo afrontamos las rupturas o el compromiso».

En la lectura planea constantemente la idea de una autobiografía. Pero Ibáñez se encarga de volatilizar esa sensación. «No. No lo es - sentencia-. Soy una persona con gran capacidad empática, me gusta escuchar a la gente y preguntar. Y, además, por mi trabajo [comunicación relacionada con el ámbito de la cultura y ciencia] he tenido la suerte de hablar con científicos y psicólogos sobre muchos temas relacionados con las emociones, la psicología, las relaciones de pareja o la sexualidad. Todo esto, por supuesto también sumado a mis experiencias y emociones, es el sustrato de Con canciones de amor y sexo», concluye.

Fiel a su tiempo, el libro está siendo demandando mayoritariamente en formato digital (apenas cuesta 0,97 euros en Amazon Kindle), aunque también cuenta con versión en papel. «Estoy sorprendido con la reacción de los lectores. La ven como una novela consejera. A pesar de lo arriesgado, por no ser de nicho, es decir cumpliendo estándares de un género. Poco a poco, se está dando a conocer y las ventas creciendo, despacito pero de forma sostenida. Si tuviera algo de sado [se ríe]. Bueno a lo mejor no sorprendería, como sí lo hace esta novela».