Durante la recepción de los reyes, fuentes de la Comunidad de Madrid volvieron a insistir en un error humano como fuente del contagio de la auxiliar gallega
12 oct 2014 . Actualizado a las 17:57 h.La evolución del primer caso de contagio de ébola en Europa y la gestión de esta crisis sanitaria han concentrado hoy gran parte de las conversaciones entre los invitados a la primera recepción de Felipe VI y la Reina Letizia con motivo de la Fiesta Nacional, a la que han asistido casi 1.500 invitados.
Tras dejar claro que afronta tranquilo la situación creada por el contagio de la auxiliar de enfermería Teresa Romero, ingresada en el hospital madrileño Carlos III, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha subrayado en una de sus conversaciones informales con periodistas invitados a la recepción que el problema es que en Occidente no se sabe nada sobre esta enfermedad. Rajoy ha indicado, en este contexto, que hoy ha recibido información sobre el caso del sanitario estadounidense contagiado de ébola e ingresado en un hospital de Dallas.
La polémica sobre el ébola estaba presente en casi todos los «corrillos» y era analizada desde todos los puntos de vista por responsables gubernamentales, políticos de distinto signo y presidentes autonómicos, desde la andaluza Susana Díaz hasta el gallego Alberto Núñez Feijoo y el balear José Manuel Bauzá. Feijoo destacaba que en España ha habido ya crisis sanitarias tan importantes como esta -meningitis, aspergyrus, vacas locas...- y precisaba que la diferencia es que el ébola nunca se había tratado en España, mientras Bauzá comentaba los casos de falsos sospechosos detectados en Baleares y negaba haber recibido consignas de su partido a la hora de pronunciarse sobre este asunto.
Fuentes de la Comunidad de Madrid presentes en la recepción apuntaban que el contagio de Romero parece deberse a un error humano de la contagiada e insistían en que no tienen la culpa los políticos, sino, si acaso, quienes diseñaron los protocolos de actuación, ya que se trata de un asunto exclusivamente médico, que deben liderar los propios sanitarios.
Las mismas fuentes afirmaban asimismo que la gestión médica de la crisis está siendo «ejemplar» y que no era el momento de destituir al consejero madrileño de Sanidad, Javier Rodríguez -quien ha dicho «la verdad», aunque desafortunado en las formas- y,sobre las perspectivas de recuperación de Teresa Romero, advertían de que «no se puede cantar victoria», porque la situación es «muy complicada».
A muy poca distancia, la exministra Trinidad Jiménez acusaba a la titular de Sanidad, Ana Mato, de incapacidad para liderar la gestión de esta crisis, algo que le produce «mucha pena», y calificaba de «muy mala» tanto la actuación de esta ministra como la del consejero madrileño.
La presidenta andaluza, Susana Díaz, destacaba por su parte que la sanidad pública de su Comunidad está preparada para atender cualquier caso de ébola y arremetía contra quienes fingen o bromean con haber contraído la enfermedad, como el vigilante de seguridad de Cádiz detenido, a quien se va a denunciar para que pague todos los servicios sanitarios y de emergencia movilizados por su aviso.
Tampoco el líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha querido dejar de expresar su posición sobre esta crisis y, así, ha recordado que fue él quien solicitó la creación de un gabinete de crisis sobre el ébola, para indicar que ya llegará el momento de las responsabilidades políticas.
En su primera recepción de la Fiesta Nacional como Reyes, don Felipe y doña Letizia han querido acoger a colectivos hasta ahora ausentes, entre ellos jóvenes talentos, artistas o representantes de organizaciones humanitarias o de gays y lesbianas.
Llamaban especialmente la atención los jóvenes actores Michelle Jenner y Rodolfo Sancho al haber sido convocados por encarnar en una serie televisiva de éxito a una pareja de reyes: Isabel de Castilla y Fernando de Aragón.