La NASA halla las pruebas «más sólidas» de su presencia en forma salada
29 sep 2015 . Actualizado a las 12:25 h.El agua puede estar fluyendo ahora mismo sobre las laderas de Marte. Es agua líquida y salada, según las «evidencias más sólidas» desveladas ayer por la NASA y recogidas en un trabajo científico publicado en Nature Geoscience. No es la primera vez que existen indicios en esta dirección. En abril pasado, y de acuerdo con los datos recogidos en el terreno por la estación meteorológica REMS, de fabricación española, del robot Curiosity, se había apuntado ya la existencia de salmueras formadas durante la noche por la absorción del vapor atmosférico por parte de la sales del suelo (percloratos). Pero lo que se ha encontrado ahora, gracias al estudio de las imágenes captadas por la sonda Mars Reconnaissance Orbiter (MRO), que se han analizado con un espectrómetro que permite identificar los minerales y otros compuestos en superficie, va un paso más allá: es la constatación de un posible ciclo hidrológico que surge del subsuelo, a escasos centímetros probablemente, y fluye hacia el exterior.
Es un hallazgo trascendental que contribuirá a acelerar la exploración del planeta en búsqueda de señales vitales, ya que la presencia de agua líquida en el presente es uno de los requisitos indispensables para la existencia de vida. Un descubrimiento notable al que la propia NASA se encargó de darle un mayor bombo aún al anunciar en su web, ya desde el pasado jueves, «la resolución del misterio de Marte», un enigma que se iba a descifrar en la rueda de prensa ofrecida ayer. Aunque, en realidad, es la confirmación de lo que ya se suponía.
El orbitador Mars Reconnaissance Orbiter hace ya años que había detectado en algunas laderas del planeta rojo unos extraños flujos denominados «líneas de ladera recurrentes» durante las estaciones cálidas. Son una especie de cauces que llegan a medir cinco metros de ancho y que desaparecen en los períodos más fríos. La hipótesis planteada para resolver este misterio apuntaba a que estas formaciones se generan por la presencia estacional de agua líquida salobre, sospecha que se ha confirmado ahora con la presencia de sales hidratadas, como percloratos y cloratos, en los taludes donde se había observado la actividad de estas misteriosas líneas. El nuevo hallazgo sugiere un vínculo entre estas vetas o grietas transitorias del terreno con el flujo de salmueras líquidas.
«Fluye durante el verano y parte de la primavera», según explicó el directivo de la NASA y astronauta John Grunsfeld. En este sentido apunta que es la sal la que permite que el agua no se congele a pesar de unas temperaturas que en la Tierra son de extremo frío, como los -23 grados del verano marciano.
Las sales hidratadas bajan el punto de congelación del líquido, tal y como la sal deshiela las carreteras en la Tierra y provoca su fundición más rápidamente. «Es un avance significativo, ya que parece confirmar que el agua, aunque salobre, fluye hoy en la superficie de Marte», dijo Grunsfeld.
«El planeta está geológicamente vivo»
«Este descubrimiento refuerza lo que ya habíamos visto nosotros, pero lo que se ha detectado ahora no son sales del suelo que absorben vapor atmosférico para crear salmueras durante la noche, sino que es la evidencia de que el agua, rica en sales, surge por debajo de la superficie y fluye hacia arriba, dejando como marca las sales hidratadas», explica Jesús Martínez-Frías, investigador del Instituto de Geociencias (CSIC-UCM) y colaborador científico en varias misiones al planeta rojo.
Martínez-Frías, que participó en el trabajo del pasado abril que fue portada en Nature Geoscience, considera que uno de los aspectos más relevantes del descubrimiento presentado ayer es el hecho de que «Marte podría estar geológicamente vivo y activo hoy en día» y que podría tener un «ciclo hidrológico». La posible existencia de agua líquida subsuperficial refuerza la hipótesis de que «la habitabilidad es mucho más favorable bajo el regolito -rocas y minerales sueltos que aún no forman suelo- marciano, que es donde habrá que concentrar los esfuerzos futuros en la búsqueda de vida», según Frías.
