Los dos modistos gallegos presentaron este jueves sus colecciones en la Fashion Week Madrid
26 ene 2018 . Actualizado a las 12:23 h.Roberto Verino volvió a ser un valor seguro en la Semana de la Moda de Madrid. Es un clásico imprescindible. En tiempos en los que todo cambia, Verino permanece siempre renovado. Dream Island es el verano que nos espera en manos del diseñador de Verín. Este jueves, en el backstage, el ourensano lo supervisaba todo con un tono amable que daba armonía. En la calle llovía y Verino advertía: «Pues nosotros, aquí, traemos verano».
Roberto Verino confirma siempre el planteamiento que basa su trayectoria: continuidad, calidad, coherencia y una idea. Y en una palabra: encanto. Luego está la triple «t» que repite: trabajo, trabajo y trabajo. Antes del desfile, que obtuvo una espectacular acogida, entre bastidores reinaba un silencio que desmentía esa imagen de locura que trasciende al gran público sobre lo que pasa en la trastienda de la pasarela.
La colección presentada por Verino rinde tributo a César Manrique, artista insular que tiene Lanzarote como referente. Lo hace utilizando los colores de la tierra, mar y aire. La imagen de la modelo Lucía López fue otra parte de este homenaje que Verino brinda a Manrique y que supone retratar la belleza que imprime su isla.
El ourensano no fue el único gallego que este jueves mostró su arte en Ifema. Por la tarde le tocó el turno al betanceiro Jorge Vázquez. Negro y pieles. Nunca antes los había utilizado con tanta fuerza como en su colección presentada este jueves. Fue un homenaje a las protagonistas de Dinastía, Krystle Carrington y Alexis Colby, las reinas de una serie que triunfó en los ochenta y cuyo remake emite ahora Netflix. Lo que hizo fue suavizar las exageradas hombreras de los ochenta, pero el duelo entre aquellas divas subió este jueves a la pasarela rebajado de intensidad, con menos opulencia que los personajes. Y a esa pasarela también se incorporaron los invitados, sentados en el centro. Así observaron más de cerca siluetas entalladas, volúmenes en las mangas y talles marcados, unos patrones asociados a estas mujeres con un gusto diferente. En definitiva, un popurrí de prendas para salir por la noche. «La gente quiere vestir bien», dijo a Efe Jorge Vázquez, quien por primera vez subrayó el negro para rebajar la fuerza cromática del rojo, el fucsia y el azul. Rescató vestidos de manga larga, guantes largos, medias de plumeti, guipur... Y la apuesta gustó.