La legalización del cannabis en Canadá abre la veda en los países desarrollados

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

SOCIEDAD

Atlas

El debate político ya se instaló en España vigilado por las multinacionales que comercializan la marihuana

17 oct 2018 . Actualizado a las 12:12 h.

Era una promesa electoral del primer ministro Justin Trudeau, pero si se mantiene la agenda y hoy el gobierno canadiense legaliza el consumo del cannabis, incluso se adelantará en unos meses a la fecha prevista, fijada para el verano. De momento, el uso recreativo de la marihuana y sus derivados es legal solo en Uruguay, aunque lo permite el estado de Colorado y lo admite Holanda. Pero con la regularización de su uso más allá de los fines terapéuticos en Canadá se abre una veda que difícilmente pasará desapercibida en los demás países desarrollados, expectantes ante los resultados del experimento canadiense para decidir si abren el debate en sus países.

Para Manuel Isorna, doctor en Psicología y profesor de la Universidade de Vigo, no es extraño que el melón se abra en Canadá: «As multinacionais que máis facturan coa comercialización do cánnabis son de alí». De hecho, hay una importante industria pendiente de lo que decida hoy el gobierno canadiense; acciones de empresas que venden productos derivados del cannabis, o que comercializan con elementos no psicoactivos de la planta, se revalorizan; supermercados que han solicitado ya permiso para vender marihuana; antiguas fábricas de chocolate -de cacao, no de hachís- reconvertidas en pujantes productoras de marihuana... Hasta Coca-Cola está vigilante ante la posibilidad de incluir el cannabidiol -de supuestos efectos terapéuticos- en sus productos, como ocurre ya con algunas cervezas.

«Hai unha presión moi grande da industria en todo o mundo», asegura Isorna. Y el profesor Elisardo Becoña, director de la unidad de tabaquismo y trastornos adictivos de la USC, es de la misma opinión: «Esa presión das empresas e dos lobbies está chegando aos extremos políticos, tanto na esquerda como na dereita; no primeiro caso en aras das liberdades individuais, e no segundo pola fonte de ingresos vía impostos que pode supoñer a súa legalización».

En España, el debate ya está en la agenda política, y más desde la moción de censura. Podemos se posiciona a favor de la legalización y el PSOE es partidario de, por lo menos, debatirlo. Ciudadanos tampoco lo ve con malos ojos. De hecho, los tres partidos, junto con Compromís, aprobaron hace unos meses en la Comunidad Valenciana una proposición no de ley para instar al Gobierno a una legalización controlada de su consumo.

Ya se hicieron cuentas de cuánto se podría recaudar con un mercado legal de los derivados del cannabis: 1.200 millones de euros al año en España por impuestos indirectos. Pero los partidos políticos a favor de su legalización prefieren hablar de supuestos beneficios de tipo social más que de recaudación fiscal. El liberal Trudeau cree que se podrá controlar mejor el consumo entre los jóvenes de Canadá y evitar que las mafias se lucren de un negocio ilegal. Quienes están a favor apelan a sus propiedades terapéuticas y a las supuestas bondades de un mercado internacional controlado por las autoridades sanitarias en el que, según Pablo Iglesias, España podría ser «un referente».

El triunfo de la moción de censura facilita que PSOE y Podemos planteen su regularización Manuel Isorna está cansado de que se utilicen las propiedades terapéuticas del cannabis como excusa para justificar su legalización. «Xa se fai un uso terapéutico nos casos nos que está aconsellado, como coa esclerose múltiple, a sida ou para evitar os vómitos incontrolables. Pero só baixo control médico, como se fai dende hai tempo coa morfina». Para Elisardo Becoña, su legalización tendría un recorrido similar al del tabaco. «Despois dunha primeira etapa permisiva aumentaría o consumo e, polo tanto, tamén os ingresos hospitalarios e os problemas de saúde que implican, o que obrigaría a tomar medidas para reducilo».

Sin embargo, el profesor Becoña no cree que la legalización en Canadá vaya a tener muchas consecuencias en España «porque aquí xa hai permisibilidade e é un dos países cun consumo máis alto, penso que xa se chegou a ese tope e non vai aumentar». Isorna es más pesimista y lamenta que las autoridades sanitarias hayan hecho dejación de funciones y hayan permitido a los lobbies ganar la batalla mediática.

Uruguay un año después: más partidarios

m. rabuffetti

Uruguay fue el primer país que legalizó la marihuana legal en farmacias. Lo hizo el 19 de julio del 2017. Tras casi un año, el proyecto, inicialmente rechazado por la población, tiene ahora más partidarios que detractores. La droga es producida por firmas privadas bajo control del Estado, y se comercializa en el marco de una ley pionera que reguló el consumo, venta y distribución. La norma habilita tres formas de acceso a la marihuana: la producción en el hogar o autocultivo, con hasta seis plantas por persona; la producción cooperativa en clubes cannábicos; y la compra en farmacias, la fórmula más difícil de aplicar y de más tardía implementación.

Siguió el incremento

Las cifras del grupo académico Monitor Cannabis muestran que «la evolución del consumo del cannabis presenta un incremento que no es extraordinario con respecto a la tendencia», que ya era de aumento desde inicios de siglo. En otras palabras, el consumo venía aumentando en Uruguay y continuó su trayectoria una vez implementada la ley, sin grandes saltos. La mayor diferencia es que desde que existe la nueva legislación, se cuenta con estadísticas provenientes de un mercado formal para sacar conclusiones.

Los últimos datos del oficial Instituto de Regulación y Control del Cannabis (IRCCA), muestran que 54 % de quienes consumen marihuana regularmente acuden a alguna de las alternativas del mercado legal cuando quieren fumar esta droga, que antes solo podían conseguir ilegalmente.

Las cuatro variedades disponibles se comercializan en bolsitas selladas de 5 gramos, a un valor de 1,40 dólares el gramo. Cada consumidor registrado para comprar en farmacias tiene derecho a adquirir 40 gramos mensuales.