El reto de cuidarse para poder cuidar

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

La Fundación la Caixa colabora con Afaga para mejorar la calidad de vida de quienes atienden a enfermos con demencias

29 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuidarse para poder cuidar. Esa es la máxima que desde colectivos como la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer e outras Demencias de Galicia (Afaga) quieren que comprendan las personas que atienden cada día a personas afectadas por ese tipo de patologías. Para hacerlo han puesto en marcha el programa Emponderada-MENTE, una iniciativa con la que colabora la Fundación la Caixa aportando 12.000 euros dentro de su convocatoria de Atención ao Envellecemento, a discapacidade e a enfermidade. La idea es evitar que los cuidadores contraigan lo que ya se ha dado en llamar síndrome del cuidador quemado.

Porque por mucho que uno quiera a una persona, no puede estar pendiente de ella las 24 horas del día, durante las siete jornadas de la semana. No es bueno para su salud. Tampoco para el enfermo.

Además, es bueno que los cuidadores compartan con otras personas que están pasando por lo mismo que ellos cómo se encuentran y cuáles son sus dudas.

El modo de trabajo

De ahí la fórmula que usa el programa al combinar las entrevistas de carácter individual con otras en grupo, trabajando el modo funcional y el emocional. La dinámica la explica Gonzalo Soliño, psicólogo de Afaga y coordinador de los grupos terapéuticos para cuidadores: «La primera parte del programa consta de catorce sesiones de una hora y media cada una en las que se tratará una temática relacionada con el proceso de cuidar. A mayores ofrecemos media docena de clases de seguimiento. Las primeras se realizan con una frecuencia de una a la semana. Luego ya se dilatan más en el tiempo al convocarse cada dos o tres semanas. Lo que hacemos son grupos formados por entre 10 y 12 cuidadores».

Soliño recuerda la importancia de cuidarse porque, como apunta, «el hecho de cuidar altera tu vida, a nivel físico porque dormirás peor, durante menos tiempo. El estrés afecta al sistema inmunológico. Eso produce frustración porque no todos los familiares acaban implicándose del mismo modo en el cuidado. También hay alteraciones a nivel laboral que, a veces, llevan a algunos cuidadores a tener que reducir la jornada con la consecuente merma de ingresos...».

Todo esto, añade, hace que resulte imprescindible «disminuir todas esas alteraciones para prevenir posibles problemas, tanto psicológicos como físicos». De ahí que cualquier cuidador que se cuide desempeñará mejor su labor de ayuda.