«El cáncer de pulmón es el tumor en el que más se redujo la mortalidad»

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

PACO RODRÍGUEZ

Asegura que la inmunoterapia y los tratamientos dirigidos han revolucionado el abordaje de la enfermedad

12 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Rosario García Campelo (Marín, 1972), oncóloga en el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) mantiene la cautela, pero no puede ocultar su optimismo ante la revolución terapéutica a la que está asistiendo la oncología, especialmente en su especialidad, el cáncer de pulmón. De ello hablará hoy, a las 19,30 horas en la Domus de A Coruña, en una charla abierta al público organizada por la Fundación CorBI.

-Hablará sobre el cáncer de pulmón como ejemplo de éxito de oncología de precisión. ¿Por qué lo es?

-El cáncer de pulmón es el tumor sólido en el que más se ha reducido la mortalidad en los últimos diez años. Aún así, sigue siendo una enfermedad que es un reto para los que nos enfrentamos a ella.

-¿De qué cifras hablamos?

-Según los últimos datos, se ha duplicado la reducción de mortalidad en los últimos diez años.

-¿A qué se debe este éxito?

-Pues claramente por la integración de la medicina de precisión en el manejo de los pacientes y por la llegada para quedarse de la inmunoterapia. Todo ello se traduce en la reducción de la mortalidad y ahora hablamos cada vez más del concepto de largo superviviente en cáncer de pulmón. Ahora estamos más volcados en cómo vamos a abordar a estos pacientes y cuáles van a ser sus necesidades.

-En este caso, ¿cuál es el objetivo con estos pacientes?

-Conseguir que los largos supervivientes tengan una buena calidad de vida, que puedan incorporarse a sus trabajos y hacer una vida lo más normal posible. Esta atención integral al paciente cobra un especial interés.

-Pese al éxito, la financiación es una cuenta pendiente.

-Siendo uno de los tumores con más incidencia -el cuarto en España, con 29.000 casos al año- y todavía una altísima mortalidad, en recursos y financiación no está entre los primeros. En financiación por proyectos del Instituto de Salud Carlos III es el cuarto en posición; el quinto en proyectos europeos y, del conjunto de los fondos dedicados a la lucha contra el cáncer, el de pulmón recibe el 4 %. Creo que la magnitud de la enfermedad justifica que la inversión en investigación se vea incrementada.

-¿Sigue preocupando el aumento de casos en mujeres?

-Sí, la tendencia es de descenso en la población masculina y de clarísimo ascenso en mujeres. La previsión para los próximos diez años es que siga subiendo en mujeres.

-En cuanto a la revolución en el tratamiento, ¿en qué medida se aplican las terapias dirigidas?

-Ahora mismo, la terapia dirigida ya es una realidad para el 20 % de los pacientes con cáncer no microcítico de pulmón avanzado. Pero estamos buscando nuevas alteraciones genéticas potencialmente tratables, y en esto la secuenciación masiva nos está ayudando muchísimo. Desgranar la genética del tumor es el paso previo a cualquier tipo de estrategia terapéutica que podamos utilizar y, en este sentido, la investigación básica está abriendo la puerta a posibles estrategias futuras. También trabajamos en entender por qué en algún momento las células dejan de responder en algunos pacientes a estas terapias personalizadas y se convierten en resistentes. Tenemos que buscar mecanismos de resistencia y, en función, de las alteraciones genéticas, buscar una estrategia terapéutica que la revierta.

-Y la inmunoterapia. ¿Ha llegado para quedarse?

-La inmunoterapia es una realidad que ha cambiado la vida a un número importantísimo de pacientes, pero queda aún muchísimo por hacer. Ahora tenemos a entre un 30 % y 40 % de los pacientes que se benefician de esta terapia. Esto es un dato histórico relevante, pero queremos más. Queremos llegar a todos los pacientes e identificar porque unos responden a esta terapia y otros no.

-Y sobre el cribado del tumor de pulmón con pruebas radiológicas. ¿Debería implantarse en España?

-Es un tema que hay que incluir en la agenda política y sanitaria. En mi opinión, y es personal, el cribado tiene que entrar en el sistema. Tenemos datos positivos y hay que valorar muy bien cómo se ponen en marcha las campañas de screening, pero del debate tiene que estar encima de la mesa.