Las fuerzas de seguridad han detectado en Galicia en las últimas horas algunos bares abiertos y personas paseando sin justificación en varias zonas
18 mar 2020 . Actualizado a las 16:18 h.Aunque la respuesta ciudadana a la orden de confinamiento ha sido buena, las fuerzas de seguridad han tenido que actuar en algunos casos para advertir e incluso sancionar a personas que incumplieron la orden de aislamiento. Algunas incluso de forma reincidente.
Es el caso de los propietarios de la cafetería de una gasolinera en Santiago, que volvieron a incumplir ayer las restricciones que el estado de alarma decretado en todo el país impone a los locales de ocio y restauración, a los que se obliga a permanecer cerrados. El establecimiento abrió el pasado domingo y por ello fue apercibido por agentes de la Policía Local, ante los que el responsable se justificó alegando que había habido un malentendido propiciado por el hecho de que la gasolinera sí tiene permiso para trabajar. El martes por la mañana el local volvía a estar abierto y lleno de clientes. Fue una patrulla de la Policía Nacional la que en esta ocasión detectó la situación y apercibió al responsable de que estaba infringiendo las restricciones del estado de alarma, por lo que se estaban exponiendo a una dura sanción que en esta ocasión le perdonaron. En parte, porque los agentes no tenían conocimiento de que eran reincidentes.
La cafetería de la gasolinera del polígono de Costa Vella es un punto frecuente de reunión de transportistas y camioneros que van y vienen de dejar mercancía en las empresas de esta zona comercial y en la industrial del Tambre.
También en Vigo la Policía Local tuvo el martes que cerrar un bar que, pese a la alarma decretada por coronavirus, permanecía abierto y con clientes en su interior. Los hechos ocurrieron a las 13.50 horas cuando la patrulla realizaba labores de recorrido por las vías urbanas, para controlar el cumplimiento de la medida.
Mientras circulaban por Hispanidad pasaron por delante de un local de hostelería y vieron que estaba el acceso levemente entreabierto. Cuando se acercaron escucharon voces y al entrar se encontraron con cuatro personas tomando unos vinos. Ante esta situación se identificó a los implicados así como a la propietaria del local y fueron advertidos de las medidas a adoptar por vulnerar la prohibición.
La policía viguesa identificó también a doce personas paseando por Samil sin motivo justificado. De hecho, la playa de Samil fue cerrada por el concello, ya que no está en ruta a ninguno de los locales que tienen permitido ejercer su actividad.
En Lugo fue interceptado un hombre de Baralla que alegó que se había desplazado a la ciudad para hacer la compra.
Sobre la medianoche de este martes quedó en libertad el que podría ser el primer detenido en A Mariña lucense por saltarse el confinamiento decretado por la pandemia del coronavirus. Los hechos se registraron en Viveiro y el detenido pasó varias horas en la comisaría de la Policía Nacional, donde los agentes estuvieron conversando con él y explicándole la necesidad de cumplir las medidas adoptadas por las autoridades sanitarias para evitar la propagación del COVID-19. Abandonó la sede policial a medianoche y, según fuentes oficiales, se dirigió a su casa. El hombre caminaba sin mascota por el paseo marítimo de Covas cuando fue interceptado por los agentes.
Una vecina de la la parroquia de Castiñeiras de 77 años fue denunciada por la Policía Local de Ribeira por estar paseando por la playa de Castiñeiras. La mujer hizo caso omiso de los vecinos que, desde los edificios que hay frente al arenal, le gritaban desde sus ventanas que debía volver a su casa. Fueron los propios residentes quienes alertaron a los agentes de la autoridad, que acudieron al lugar para que abandonara la playa. Lejos de arrepentirse de su actitud o de reconocer que estaba obrando en contra de su propia salud y de lo establecido en el real decreto del estado de alarma, la vecina les dijo a los agentes que estaba aburridísima en su casa y que tenía la playa enfrente.
En la mayor parte de de las ocasiones, las advertencias son bien recibidas por parte de los infractores. Pero hay quien reacciona de manera violenta ante el confinamiento. En Vigo, agentes de la Policía Nacional arrestaron a un hombre, natural de Cantabria y con un historial de 33 detenciones en su ficha, que se encontraba en el centro comercial Camelias. Lo hechos comenzaron, según fuentes policiales, cuando este hombre, agarrando un palo con una mano, se acercó a una patrulla del Ejército que vigilaba el área comercial y empezó a increparles para acabar golpeando a uno con dicho palo.