El delegado del Gobierno remitió una carta a los alcaldes para que hagan cumplir las normas de comportamiento de la fase 1

P. Gómez Cundíns
Periodista con más de dos décadas de experiencia en información deportiva y gastronómica.
José Manuel Pan
Redactor en la sección de Galicia. Atento al tráfico, a los tribunales y a la seguridad.

Menos de veinticuatro horas después de la habilitación para reabrir las terrazas con un límite del 50 % de su capacidad, las autoridades lanzaron un ultimátum a la patronal del sector hostelero: o se cumplen las normas higiénico-sanitarias o volverán a cerrar los bares. Esta amenaza se refuerza con la orden a las fuerzas de seguridad para extremar el control de los protocolos establecidos y la advertencia de que se pueden incoar expedientes que podrían alcanzar los 6.000 euros de sanción. «Nos informan de que si se produce un rebrote podríamos tener que volver a ser confinados», alarman los hosteleros en su comunicado interno. 

El sector hostelero gallego hizo autocrítica, recogió el guante de forma unánime y llamó a la responsabilidad a todas las partes. «No hay que andar con paños calientes. Estamos así por una alerta sanitaria. Es un asunto de vida o muerte. Preservar la salud es la prioridad absoluta. No solo el cliente se pone en riesgo, también sitúa al trabajador en la misma tesitura. Hay que aprender a convivir, o confinarse. Después está el efecto económico, pero eso es otro asunto», asegura tajante Cheché Real, presidente da Asociación Provincial de Empresarios da Hostalería da provincia de Lugo, que añade: «Después de como quedan los ERTEs, entiendo que las negociaciones seguirán para la hostelería y la automoción, porque de lo contrario muchas empresas irán a la quiebra». Ovidio Fernández, presidente de la Confederación de Hostelería de Ourense, corrobora: «Hubo cierto abuso y el covid-19 todavía es una amenaza para todos, y eso teniendo en cuenta que la mayoría de los empresarios renunciaron a abrir en esas condiciones tan desfavorables económicamente». «El éxito de la fase 1 se ha visto mermado por esas dos causas: unas condiciones que esperemos poder renegociar para mejorar en la fase 2, y lo sucedido en algunas terrazas que han abierto. En Italia sucedió algo parecido, pero a nosotros nos pesa mucho la responsabilidad de lo acontecido. Esperemos para la siguiente fase tener más responsabilidad y conocimiento, pero para ello los protocolos deben estar claros y pormenorizados. Todos tenemos las mismas obligaciones», concluye. 

Héctor Cañete, presidente de los empresarios de hostelería de A Coruña y vicepresidente del Clúster Turismo de Galicia se mostró muy crítico: «Estamos muy preocupados por lo sucedido. Parece que hemos perdido el miedo y que no ha sucedido nada. Pedimos responsabilidad a todos, también a la población. Estuvimos desbordados y hubo incumplimientos puntuales que han caído muy mal en el sector. Se redujeron terrazas, pero si se repite habrá que plantearse el cierre total». Respecto a los ERTEs, dijo: «Nos preocupan las palabras de la ministra, pero vamos a esperar al BOE, que deberían publicar antes de hablar».

La Policía extremará la vigilancia

El delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, dio por su parte instrucciones a la Guardia Civil y a la Policía Nacional para que extremen la vigilancia en el cumplimiento de las normas de comportamiento para evitar escenas como las que se vieron ayer en algunas terrazas de locales de hostelería de distintos puntos de Galicia. El delegado también ha remitido una carta al presidente de la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp) para que los alcaldes transmitan a sus policías locales las órdenes necesarias para que hagan cumplir las normas de la fase 1 de la desescalada.

En la carta a los alcaldes, Losada recuerda que esta es una de las fases más importantes y que es necesario extremar la vigilancia policial para hacer cumplir las normas y evitar rebrotes de la enfermedad. Se trata, les explica el delegado, de impedir comportamientos que pongan en riesgo la salud de las personas.

El mensaje del representante del Gobierno central en Galicia es el de pedir prudencia y responsabilidad a los ciudadanos en el cumplimiento de las normas para poder avanzar más rápido y con seguridad. Losada dice que este es un momento delicado en el que se empiezan a recuperar los espacios arrebatados por el coronavirus, pero hay que hacerlo despacio y de forma segura. 

Primeras inspecciones en Galicia

La Policía Local de Vigo ha inspeccionado este martes 20 locales y sus terrazas por incumplimiento de aforo porque lo superaban o los clientes no guardan la distancia de seguridad de dos metros. De las 20, 15 fueron tras recibir llamadas de la «policía de balcón» que denunció exceso de aforo. Otras cinco inspecciones fueron en controles rutinarios. En Vigo la Policía Local considera que el uso de mascarilla no es obligatorio pero si el aforo y la distancia. Las dudas sobre el uso o no de la mascarilla en las terrazas, fue una constante en Galicia. En varios concellos de la Costa da Morte fuentes municipales también confirman estar sorprendidos por la imagen de terrazas llenas de gente sin este elemento de protección y sin guardar la distancia de seguridad.

En Pontevedra la Policía Local no llegó a cerrar ninguna terraza pero también hubo varias llamadas de atención, como el aviso realizado a un hostelero que había montado una barra exterior en la zona de O Gorgullón y que se vio obligado a retirarla.

Desfase generalizado en el primer día de terraceo en Santiago: la Policía Local inspeccionó 60 locales

El Concello pide prudencia a hosteleros y clientes para no truncar la desescalada

Xurxo Melchor

Era el primer día tras dos meses de confinamiento, hacía sol y había muchas ganas de recuperar parte de la normalidad que nos ha robado la pandemia del coronavirus, pero la realidad es que la reapertura de las terrazas en Santiago, como en muchas otras ciudades españolas, fue un auténtico «desfase», en palabras del concejal de Seguridade Cidadá, Gonzalo Muíños. El edil no oculta su malestar por una situación que, advierte, «puede dar al traste con todo lo logrado hasta ahora, porque si repuntan los contagios porque la gente no cumple las normas, será peor, porque obligaría a volver al cerrar negocios y pondría en peligro la desescalada que hemos iniciado».

La Policía Local tuvo mucho trabajo, ya que hizo inspecciones en sesenta de los locales que abrieron sus terrazas. Y se desplegó por toda la ciudad, desde el Ensanche y la zona monumental hasta la avenida de Ferrol o el polígono industrial del Tambre. Lo que se encontraron los agentes fue un incumplimiento generalizado de las condiciones con las que se ha permitido la apertura de las terrazas de los bares y restaurantes, con unas restricciones que el lunes no se cumplieron en una gran mayoría de los casos.

En la zona del Ensanche, el incumplimiento que más se encontró la Policía Local fue que no se respetaba la distancia de seguridad que se ha establecido entre mesas en las terrazas, que es de dos metros. En la zona monumental, por su parte, la mayor parte de los locales que se saltaron las normas de la desescalada no respetaron la limitación de aforo que se ha establecido, que es del 50 % del habitual.

El problema es que las escenas de aglomeración de personas en las terrazas fueron frecuentes en muchos puntos de la ciudad. Por ser el primer día, la Policía Local optó por hacer advertencias a los hosteleros para que pusieran fin a los incumplimientos, aunque no se han impuesto sanciones a la espera de que en los próximos días la situación se corrija. Una de las situaciones más graves se dio en un bar de la calle de A Conga, en el que los agentes llegaron a contar cerca de sesenta personas, por lo que se superaba el aforo máximo permitido y tampoco se estaban respetando las distancias de seguridad ni entre mesas ni entre los clientes. La situación opuesta fue la zona de San Lázaro, donde todos los locales cumplieron a rajatabla las normas.

En A Coruña, dos locales deciden cerrar otra vez «por la actitud irresponsable de una minoría»

La dirección de los establecimientos asegura que lo hace como «medida extraordinaria de concienciación social»

Dos locales de hostelería de A Coruña, ubicados en la plaza de Vigo, han decidido cerrar pese a haber abierto el lunes sus terrazas en la fase 1 de la desescalada. Lo hacen, según informa la dirección de Cafeterías Herculinas, ante la «actitud irresponsable de una minoría».

Ángel Manso

Se trata de los locales Central Park Coruña y Roots Urban Food. Abrieron con la autorización de la Policía Local, protocolos internos de seguridad y publicación de las normas de uso para clientes «en carteles en la terraza del local, además de en nuestras redes sociales», explica. Sin embargo, añade que «ante la irresponsable actitud de una minoría y, como medida extraordinaria de concienciación social», así como para «garantizar» la seguridad de sus clientes y empleados, han decidido cerrar sus establecimientos «hasta próximo aviso».

Ourense pide auxilio a la Policía Nacional para vigilar incumplimientos 

Doce vecinos denunciaron excesos en el primer día de reapertura

miguel ascón

Fuentes del gobierno municipal hablan de un auténtico «desmadre» este lunes con motivo de la reapertura de las terrazas de los bares ourensanos. La concejala de Seguridad y Comercio, María del Mar Fernández Dibuja, reconoce que la fase 1 arrancó en Ourense con «muchísimos» incumplimientos en este ámbito. Desde el Concello precisan que recibieron doce denuncias de vecinos alertando de aglomeraciones debidas al exceso de mesas o la falta de distancia de seguridad entre ellas.

En varios locales se presentó la Policía Local y, tras levantar acta de su inspección, el expediente seguirá su recorrido administrativo, que podría culminar en algún tipo de sanción para los posibles infractores. Dibuja explica, en todo caso, que el cuerpo no tiene medios suficientes para abordar con eficiencia esta tarea, por lo que pide colaboración al Estado. «Hay muchísimos incumplimientos y la Policía Nacional tiene que actuar también, no solo la Policía Local», reclama la concejala, que recuerda que tras la declaración del estado de alarma hay un mando único que se encarga de cumplir todas las disposiciones del Gobierno.

«La mayor capacidad del ser humano es la de olvidar momentos complicados»

Mar de Santiago, profesora de Ciencia Política y Sociología de la USC cree que «Galicia se ha venido comportando correctamente como sociedad, pero los momentos de debilidad social o de optimismo desmesurado son comprensibles y legítimos, aunque hay que ser responsable». «Somos más Milán que Oslo», resume, mientras cita a la antropóloga Mary Douglas, que estableció las bases sociales de la codificación de la percepción del riesgo y acuñó el término «inmunidad subjetiva, que refleja la minusvaloración del riesgo. «Es la lucha entre el yo individual y el colectivo», reflexiona.

Jorge García, psicólogo clínico del Chuac y profesor de Psicología de la Salud en la UDC, analiza: «En realidad, aunque incidamos en los traumas, la capacidad más importante del ser humano es la de olvidar acontecimientos complicados, lo cual es positivo y nos ayuda a adaptarnos». «A mayores, existen diferencias individuales, como por ejemplo los que ya eran más o menos escrupulosos con la salud antes del covid-19», matiza. «No esperemos que la gente sea diferente. En el otro extremo, los que no han salido de casa todavía. La responsabilidad es un rasgo de personalidad y los comportamientos de hoy, eran considerados patologías hace dos meses. Se nos piden conductas de protección no habituales y que necesitan mantener mucho tiempo la tensión, por lo que se requiere constante insistencia», añade. «Siempre habrá un porcentaje de gente que no cumpla, y eso es lo que hay que sopesar», concluye.

 «Si le damos al virus la opción de circular, lo va a hacer y podemos tener problemas»

Las consecuencias de actitudes como la observada el lunes en algunas terrazas (pero antes en ciertos momentos puntuales, como al aliviar el confinamiento de los niños o de los deportistas) son imprevisibles, debido al desconocimiento que todavía se posee sobre la transmisión del coronavirus.

María José Pereira, jefa del servicio de medicina preventiva del Chuac, comienza diciendo: «Quiero pensar que más que un problema instalado se trató de una situación inicial que puso en conocimiento público situaciones poco recomendables y que han sido las menos frecuentes». «Sin embargo, es muy importante que el mensaje correcto llegue a la población, porque si realmente incumplimos las recomendaciones de forma sistemática, sería un error. Seguimos siendo una población susceptible de contagio, con un porcentaje muy pequeño de población afectada. Si le damos al virus la opción de circular, lo va a hacer y podemos tener problemas. No le demos esa oportunidad», explica.

 «En ese caso, volveremos a estar en una situación susceptible de tener que confinarnos. No tenemos otra alternativa en los próximos meses que el comportamiento higiénico sanitario, porque no tendremos tratamiento antiviral para detener los síntomas ni vacuna. O hacemos las cosas bien, o vamos a tener problemas», reitera.