Toda Galicia se protege con las mascarillas

Susana Luaña Louzao
Susana Luaña REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Vítor Mejuto

Aluvión de compras en las farmacias para hacerse con una protección que ahora sí es obligatoria

22 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Pese a ser festivo en Santiago, que celebraba las fiestas de la Ascensión más atípicas de la historia, en cuanto abrieron las farmacias llegaron clientes pidiendo lo mismo en todas ellas: mascarillas. Y las más solicitadas, las quirúrgicas, en algunas no quedaban, se habían agotado el día anterior ante el aluvión de ciudadanos que, ahora sí, reclamaban ese sistema de protección contra los contagios del coronavirus que el Gobierno les dijo, primero, que no utilizasen, para luego recomendárselas y, finalmente, obligarles a llevarlas.

«Parece que ahora la gente sí está concienciada —reconocía la dependienta de una botica—. Se ve que hay que obligar a hacer las cosas para que las tengamos en cuenta». María José García, farmacéutica también en la ciudad compostelana y presidenta de la Federación de Farmacias de Galicia, admitía que se sentía aliviada por que al fin el Gobierno ordenase ponerlas. «Si todo el mundo llevase las quirúrgicas, nosotros no tendríamos que llevar las FFP2, que son muy incómodas». Las quirúrgicas, que son las que recomienda el Ministerio de Sanidad para la población en general, protegen a los demás; las FFP2, protegen a quien las lleva.

 Ayer fue un día histórico en Galicia y en el resto de España. No es mucha novedad en unos tiempos de pandemia que han elevado cada jornada a la categoría de histórica, pero hasta ahora no habíamos visto imágenes, asociadas en el imaginario colectivo a las grandes ciudades asiáticas, de calles llenas de mascarillas tapando la mitad del rostro de toda la ciudadanía. La obligatoriedad de ponerlas, junto con el temor a ser sancionados por desobedecer la orden —las multas van de los 600 a los 30.000 euros— provocó que la inmensa mayoría de la población las luciese, aunque algunos las guardasen en el bolsillo y otros las dejasen caer sobre el cuello; sobre todo en las terrazas, atendiendo a la excepción de la norma: solo son obligatorias si no se pueden garantizar los dos metros de distancia entre personas.

Avisos de la Policía Local

Como en Santiago, también en A Coruña la demanda en las farmacias aumentó en los últimos días, sobre todo desde que se confirmó que se haría obligatorio el uso de los protectores. «Antes se llevaban dos o tres, ayer pedían veinte», contaba Teresa Alonso de la farmacia Reviejo, en Juan Flórez. En A Mariña, los vecinos habían asumido que se tendrían que acostumbrar a su uso, pero la Policía Local todavía se vio obligada a apercibir a unos cuantos caminantes despistados que iban si ella. También en las farmacias de Barbanza había aumentado la demanda: «Despachamos mascarillas desde primera hora de la mañana, se nota una barbaridad».

Y en las poblaciones del Deza, en torno al 80 % de la población se enmascaraba con una quirúrgica o una higiénica, las recomendadas por el Gobierno. En Lugo, la gente se lanzó en las últimas horas a comprarlas por miedo a que se acabasen; hasta un centenar al día se vendían en la farmacia Central. Y en Ourense la fiebre no es menor, todo el mundo se coloca una pieza que está llamada ya a formar parte de los complementos básicos del vestir. Dos auxiliares de la Policía Local que patrullaban por las inmediaciones de la casa consistorial dieron algún toque de atención a ciudadanos que no llevaban protección facial. «La mayoría ha respondido bien, aunque siempre hay quien la lleva en el bolsillo», decían. Mientras —informa Pablo Varela—, en el parque de la plaza de Eugenio Montes barría Constantino Rivera, empleado del servicio de limpieza municipal. «Me he encontrado muchas mascarillas tiradas, algunas junto a las papeleras. Y a la vista impone un poco, pero junto a la basura, sin estar en su cubo, mucho más», contaba para denunciar la falta de educación cívica de algunos. La anécdota de la jornada se vivió en la localidad pontevedresa de A Lama, donde un atracador asaltó una sucursal bancaria cubriéndose la cara con una mascarilla. Tal y como informa López Penide, se dio a la fuga tras hacerse con una cierta cantidad de dinero.

Ante la primera jornada de uso obligatorio de la mascarilla, la Federación Española de Familias Numerosas ha pedido al Gobierno ayudas para afrontar este nuevo gasto en los hogares, y el sindicato CSIF ha denunciado que el reparto de protectores en las cárceles españolas en insuficiente: una sola mascarilla a cada trabajador para turnos que pueden llegar a las 40 horas.

Suministro garantizado

El Gobierno reconoció que no había recomendado antes el uso de las mascarillas porque eran escasas. Ahora sí está garantizado el suministro, aunque algunas farmacias siguen surtiéndose por canales alternativos ya que las que ofrecen las cooperativas no son suficientes para una demanda cada vez mayor. Empezaron perdiendo dinero, y ahora, «el beneficio es miserable, pero es un servicio público y hay que tenerlas», decía ayer una farmacéutica compostelana.

María José García lamenta que el Gobierno haya tardado tanto en hacer obligatorio su uso: «Decir que llega con guardar las distancias no me parece correcto; en los lugares cerrados, las partículas se quedan en suspensión al menos tres horas».

El truco para llevar bien la quirúrgica: la goma, cruzada

Aunque el Gobierno recomienda las quirúrgicas y las higiénicas, las farmacias se decantan por las primeras, porque el nivel de protección de las higiénicas es menor. Es importante que las mascarillas vayan bien colocadas, tapando boca y nariz, y que no haya orificios por los que pueda entrar el aire, de ahí que queden más ajustadas si se cruza la goma sobre las orejas. Las pantallas que se venden como elemento protector contra el contagio de coronavirus no deben sustituir a la mascarillas, aunque son un buen complemento de aquellas porque protegen también los ojos.