Blas Cantó: «Ha sido un reto para mí estar en Eurovisión. He llegado a decir 'no quiero hacerlo'»

SOCIEDAD

Raul Tejedor

El cantante murciano defenderá su tema «Voy a quedarme» el sábado 22 en el Ahoy Arena de Rotterdam con el que espera que la gente «cuando me miren a los ojos vean lo que pasamos los que hemos perdido a alguien» por el coronavirus.

19 may 2021 . Actualizado a las 13:00 h.

Blas Cantó (Murcia, 1991) lleva toda la vida esperando este momento que parecía que nunca iba a llegar. En el 2004, con tan solo 13 años, ya intentaba conseguir una plaza en el Festival de Eurovisión Junior. Con el tema Sentir luchó por un lugar en la competición internacional que finalmente le arrebató María Isabel con Antes muerta que sencilla. Desde ese momento, Cantó tuvo que esperar más de una década para que su teléfono sonara en octubre del 2019 y, ahora sí, pudiera representar a España en el festival de adultos. Sin embargo, otra vez su camino se vio interrumpido. La cancelación de Eurovisión en el 2020 por culpa del coronavirus frenó su sueño de actuar ante el público europeo. Pero esto no le impidió seguir adelante con su pasión y RTVE volvió a confirmarlo como el representante de España para la edición actual, que celebrará su final el sábado 22 de mayo en Róterdam (La1, 21.00 h).

El cantante murciano se subirá al escenario del Ahoy Arena para interpretar Voy a quedarme, un tema en recuerdo de su abuela que falleció por coronavirus a finales del 2020.

—¿Cómo están siendo estas semanas en los Países Bajos?

—Muy intensas pero sobre todo muy confinadas [ríe]. Estamos extremando las precauciones y eso creo que es muy importante. Ya ha habido casos en otras delegaciones y no es que no queramos perder nuestra actuación, que también es muy importante, pero queremos que todo el mundo esté seguro, que es lo más importante. Parece que el mundo va muy rápido y se olvida no de lo que nos pasó sino de lo que aún nos está pasando. Aparte de eso, ensayando mucho, feliz, conociendo a mucha gente y extrañando España.

—¿Cómo te está afectando este contexto?

—A mi me está influyendo positivamente porque no sé qué habría pasado si yo hubiera tenido que estar de fiesta en fiesta o todo el rato socializando. Cuando voy a cantar suelo estar muy centrado en lo que estoy haciendo, suelo tener esa disciplina, y tal vez me hubiera costado hacer ese tipo de fiestas tan multitudinarias que se celebraban antes. Entonces por un lado estoy bien, descansando, estoy tranquilo, y por otro, se extraña el poder estar en contacto con países que no están en mi hotel. Aquí somos una burbuja y conozco a los representantes de Suiza, Francia, Reino Unido o Moldavia, pero somos 39 este año. Hay gente que al final te dejas en el camino y no tienes la oportunidad ni de decir “hola” y eso es lo que más triste me pone de esta edición. Pero por lo demás, esto es un sueño hecho realidad. Estoy feliz de tener la oportunidad de cumplir el sueño de ese niño que ha trabajado tanto para estar aquí.

—¿Qué sensaciones tienes tras los dos primeros ensayos sobre el escenario del Ahoy Arena?

—Me siento muy bien porque al principio me daba miedo. Es el escenario más grande del mundo, es la producción más increíble de todos los tiempos y me siento un privilegiado. Muchos sueñan con estar aquí y yo lo estoy haciendo realidad. Entonces no tengo nada más que palabras de agradecimiento. Las primeras sensaciones fueron extrañas, la luna que tengo encima es muy grande, no te puedes hacer una idea, y cuando estás ahí y ves algo tan inmenso impresiona. Además tengo un ruido constante de mantener inflada la luna y estoy cantando con lo difícil que es la canción, con la emoción que requiere por toda la historia que hay detrás y con ese ruido y el público digo: ¿algo más? [ríe]. Pero me siento muy agradecido de estar aquí.

 —Llevas dos años siendo el representante de España en Eurovisión, con la cancelación del festival decidiste volver este año ¿en algún momento te has arrepentido de esa decisión?

 —Te lo planteas después de haber dicho que sí la segunda vez. Hay un momento en el que se hace cuesta arriba. En octubre van a cumplirse dos años desde que me lo propusieron y tu vida se para. No solamente por mi carrera, sino también por mis emociones. Solamente se centran en Eurovisión y es el tema de conversación todo el tiempo. Hay que estar muy preparado psicológicamente y con todo lo que me ha pasado este año ha sido todo un reto para mí estar en Eurovisión. Ha habido momentos en los que he llegado a decirle a mi familia: «no quiero hacerlo, quiero quedarme aquí y no perder a nadie más». Y eso ha sido lo más difícil para mi.

—¿Qué te gustaría transmitirle a la gente con tu actuación?

—Esperanza. No es una canción triste ni mucho menos. Es una canción que me ha permitido salir adelante en el peor momento de mi vida y me siento de alguna manera comprometido. He visto cosas que a lo mejor otra gente no ha visto y que mucha gente cuestiona todavía. Entonces me gustaría que cuando me miren a los ojos vieran lo que hemos pasado las personas que hemos perdido a alguien.

—Cuando acabes de cantar el día 22, ¿qué esperas del público?

—Para mi estar aquí o quedar en una buena posición sería un éxito. Pero yo no quiero un éxito para mi, yo quiero una carrera y es en lo que yo pienso cuando hago esos tres minutos de actuación. Quiero que cuando termine la gente se agarre de mi mano y piense: «voy a hacer que este chico tenga una carrera más larga». Llevo trabajando toda mi vida y puedes ser exitoso en un momento, tener un hit, tener una gran canción, ganar Eurovisión, pero no te promete esa carrera. Quiero pensar que seguirán en el camino.

 —Las apuestas no están siendo muy favorables para España, ¿es algo que te influya mucho?

 —No pienso demasiado en eso porque cuando a un país le va muy bien en el festival a lo largo de varios años, por ejemplo, lo ponen muy arriba incluso antes de conocer el intérprete o la canción. Yo dejo que la vida me sorprenda. No me creo expectativas al igual que no lo he hecho nunca a lo largo de mi carrera y a lo largo de mi vida. Cuando mi representante me envía datos de los millones de oyentes en Spotify, cuando soy número uno o cuando vendo tantos miles de discos no le presto atención porque me enseñaron que lo que estaba haciendo no tenía nada que ver con los números. Evidentemente la realidad es otra porque nos acompañan, pero no le doy prioridad. He esperado mucho tiempo para estar aquí como para estar pensando en eso. Sobre todo cuando estamos hablando de una estadística y le tenemos que dar pie a la sorpresa. Porque yo también podría decir, ¿no es una actitud derrotista por parte del que me pregunta o por parte del público que solo se fija en eso?. Podría serlo. Entonces no me quita el sueño.