Su delicado estado de salud y su ausencia en Mónaco hacen saltar todas las alarmas
18 ago 2021 . Actualizado a las 09:43 h.La actual situación de Charlène, esposa de Alberto Grimaldi y actual princesa de Mónaco, no parece ser nada fácil. La royalty se encuentra alejada de su familia desde el pasado febrero, momento en el que se trasladó a Sudáfrica para una breve estancia que ha parecido extenderse más de lo planeado debido a sus problemas de salud. Y aunque Charlène ha asegurado en diversas ocasiones su intención de volver a Mónaco en cuanto le sea posible, son muchas las publicaciones que se han hecho eco de los rumores de crisis e incluso separación de la familia real monegasca.
Pero en este caso, la polémica que parece envolver a Charlène y Alberto no procede directamente de su estado matrimonial. Y es que algunos medios confirman la existencia de una tercera persona que parece estar influyendo en las decisiones de la princesa de Mónaco, mucho más que su familia o el resto de su círculo cercano.
Tal y como afirma el conocido profesional Stéphane Bern al Paris Match, el nombre de la tercera en discordia es Dawn Earl, una conocida profetisa sudafricana. Este nuevo personaje principal involucrado en la vida de la familia real monegasca es una completa desconocida para el panorama mediático. Sin información sobre su aspecto u origen, tal y como confirma la publicación Vanitatis, lo único que se conoce de ella es su nombre y la supuesta influencia que está teniendo en la esposa de Alberto Grimaldi.
Desde el 2017
Aunque la preocupación por la influencia de Dawn Earl en la vida de Charlène ha saltado recientemente a los medios, su relación se remonta al pasado 2017. Proceden de esa época los primeros indicios de la vidente como acompañante de la princesa de Mónaco en viajes oficiales, a título de «consejera privada», pero ahora esta relación parece haberse fortalecido y estrechado.
Ya hace un tiempo, la revista Woman's Day afirmaba que Charlène habría «dejado su futuro en manos del esotérico estudio de los números», en el que habría incluso intentado involucrar a Alberto. «Antes de atender cualquier evento real, Charlène consulta a su numeróloga, a veces en el último minuto, para decidir si va o no. Si los números no están alineados a su favor, Charlène simplemente no acude».
A pesar de que esta información ha hecho saltar todas las alarmas en el panorama mediático internacional, ni los representantes de la Casa Real ni los propios periodistas de Mónaco han querido dar declaraciones al respecto.