Un estudio gallego revela que el verano durará el doble en varias zonas de África y Oriente Medio

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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Mike Hutchings | reuters

Los resultados de varias simulaciones apuntan a que se la estación se adelantará casi dos meses y se mantendrá hasta octubre, y a que las olas de calor serán más frecuentes, por lo que posiblemente aumentará la mortalidad, el hambre y las migraciones descontroladas

22 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El verano no durará tres meses. O al menos las condiciones meteorológicas propias del estío. Se prolongará hasta seis meses, el doble que en la actualidad. Este alargamiento, motivado por el cambio climático, podría suceder a finales de siglo en algunas regiones del norte de África y de Oriente Medio. Al menos es lo que se deduce de las simulaciones realizados por un equipo científico en el que han participado investigadores de las universidades de Santiago y Vigo cuyas conclusiones han sido publicadas en la revista International Journal of Climatology.

En su estudio, los expertos analizaron un conjunto de proyecciones climáticas regionales en el norte de África y Oriente Medio con datos procedentes del proyecto Cordex. Concretamente, analizaron los cambios en el momento y la duración de la temporada de días cálidos en esta amplia zona entre los años 1970 y 2099, para lo que utilizaron simulaciones de once modelos regionales.

«Os resultados indican que o verán adiantaríase case dous meses, dándose condicións estivais xa no mes de maio que se manterían ata o mes de outubro», explican los autores del artículo, entre los que se encuentran Xurxo Costoya, de la USC, y Laura Rodríguez-Díaz, Maite de Castro y Moncho Gómez-Gesteira, de la Universidade de Vigo. «Con estas proxeccións -añaden-, para finais de século a rexión atoparíase durante medio ano en condicións de calor extrema, é dicir, o verán duraría o dobre que na actualidade». Según el trabajo, los cambios serán más acentuados en las regiones subtropicales del continente africano.

Los investigadores también destacan que «esta maior duración do verán levará asociada unha maior frecuencia de ondas de calor, o que aumentará o risco climático nesta rexión do mundo, que xa de por si é moi vulnerable dado o seu continuo incremento de poboación, a súa dependencia da agricultura e a súa escaseza de recursos». Las dificultades para adaptarse al calor extremo «posibilitarán o aumento da mortalidade, a fame e as migracións descontroladas», vaticinan los autores del trabajo, en el que también participaron investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y del CSIC.