La intensa influencia de las altas presiones está generando notables contrastes de temperaturas entre la mitad este y oeste de la comunidad
13 oct 2021 . Actualizado a las 15:50 h.La configuración atmosférica actual, producto de la combinación de altas presiones estacionarias al norte de la Península y aire cálido en superficie, está generando grandes contrastes térmicos. El primero lo encontramos entre las máximas más altas y las mínimas más bajas. El cielo despejado durante el día permite que el sol caliente con intensidad. Hay que sumar, además, la irrupción de aire procedente del sur peninsular. Esto permite que las máximas presenten estos días anomalías positivas respecto a los valores habituales en el mes de octubre. El termómetro en las provincias de Ourense y Pontevedra asciende hasta traspasar la barrera de los 30 grados.
Sin embargo, en cuanto la estrella se pone y cae la noche, el mismo cielo sin nubes provoca que las temperaturas empiecen a caer en picado. En algunas localidades de la provincia ourensana como Xinzo ya se han registrado las primeras heladas de la estación otoñal tras descender las mínimas hasta -1,7 grados. La amplitud térmica en puntos del interior de la comunidad supera, por tanto, los 30 grados.
La potente influencia del anticiclón de las Azores produce también un acusado contraste térmico entre el este y el oeste de Galicia en lo referente a los valores nocturnos. Una situación que permite comprobar el papel suavizador que juega el océano Atlántico. En algunos municipios de las Rías Baixas, como en Cangas, el termómetro no descendió en ningún momento de los 13,2 grados. Unas cifras muy parecidas se registraron en otras muchas localidades cerca de la costa. En Vigo y Carnota se podría decir incluso que fueron bastante elevadas. Las mínimas estuvieron durante la pasada madrugada en torno a los 17,6 grados, solo 2,5 grados menos de lo que podría considerarse una noche tropical.
El origen de esta diferencia de temperaturas tan acusada se encuentra en cómo la superficie terrestre y la oceánica administran la radiación procedente del sol. Durante el día, la energía solar que llega al suelo se acumula en la capa superficial, que se calienta rápidamente. De noche y sin nubes el calor acumulado se irradia de manera intensa hacia el espacio exterior.
Cuando la misma radiación llega al mar se distribuye hacia las profundidades ya que el agua es un excelente transmisor de calor. De esta forma, el aire en contacto con el océano no aumenta su temperatura tan rápido durante el día, pero tampoco la pierde durante la noche. Así se consigue mantener unos valores moderados, tanto las máximas como sobre todo las mínimas.