
Diez meses después del arranque de la campaña de vacunación, las dosis iniciales de los usuarios de residencias y los inmunodeprimidos ya se han reforzado con un nuevo pinchazo. Ahora, son los mayores de 80 los que reciben el recuerdo y ayer Sanidad anunció una segunda inyección para los que en su día se pusieron la de Janssen
28 oct 2021 . Actualizado a las 08:56 h.Hoy hace diez meses que arrancó la campaña de vacunación contra el covid-19 en España con Araceli Hidalgo prestando, tan valiente como orgullosa, su brazo izquierdo para el primer pinchazo. Fue el pistoletazo de salida de una carrera de fondo que en Galicia inauguró dos horas más tarde, a las 11 de la mañana de aquel último domingo de diciembre, Nieves Cabo y que, casi un año después, ha inoculado más de 71.000.000 dosis de cuatro fórmulas distintas: Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen. Este potente escudo mantiene ahora mismo protegido al 78,5 % de la población española, pero ¿hasta cuándo durará y cómo varía el nivel de protección si uno ha recibido una u otra marca?
Tras el verano, las autoridades sanitarias decidieron reforzar el blindaje de los más vulnerables, así que los usuarios de las residencias volvieron a remangarse hasta el hombro para ponerse una tercera dosis. Les siguieron las personas inmunodeprimidas y ahora son los mayores de 80 los que están recibiendo el pinchazo de recuerdo. Además, Sanidad anunció el martes la inminente segunda inyección para los que en su día se pusieron la monodosis de Janssen, argumentando que, de todas las autorizadas por la Unión Europea, esta es la que menos eficacia está mostrando y que, además, es la que más aceleradamente la está perdiendo.
A esta conclusión ha llegado un grupo de trabajo formado por técnicos del ministerio, el Instituto de Salud Carlos III y la Agencia Española del Medicamento que, tras detenerse a observar cómo evoluciona la protección en función del sexo, la edad y el tipo de vacuna, han resuelto que todas las marcas aseguran una inmunidad homogénea y muy alta frente la enfermedad grave y la muerte, incluso ante la variante delta, que emergió a finales de junio, pero también que la efectividad frente a la infección es ligeramente inferior en mujeres que en hombres y que, a más edad, más débil la defensa: la eficacia cae en los mayores de 80.
Para conocer la efectividad real de cada una de las vacunas, el estudio se centró en personas de 50 a 59 años -solo en este grupo de edad se utilizaron indistintamente los cuatro tipo de profilaxis- que recibieron la inyección en junio y que dieron positivo entre el 1 y el 30 de agosto. Moderna se reveló como la marca más efectiva frente a infección con síntomas (89 %), seguida de Pfizer (78 %) y AstraZeneca (68 %), y Janssen, como la que aporta menor protección ante la enfermedad (56 %). Frente a hospitalización y fallecimiento se observó una efectividad de entre el 97 % y 98 % y de entre el 94 % y 97%, respectivamente, para todas las vacunas, excepto para Janssen, que demostró reducir el riesgo de acabar ingresado en un 86 % y el de morir a consecuencia del covid-19 en un 89 %.

¿Y qué sucede con los que recibieron la primera dosis de AstraZeneca y la segunda de Pfizer o Moderna? La efectividad de esta pauta resultó ser la más elevada: 90 % frente al contagio y por encima del 95 % frente a las complicaciones. Si hay que quedarse con una, los resultados sugieren que Moderna ofrece la mejor protección ante a la infección y la enfermedad. Y hay otra revelación significativa: que la de Janssen es sustancialmente menos efectiva que el resto a la hora de proteger frente a la enfermedad con síntomas.
Estas primeras conclusiones empiezan a confirmar la sospecha de que la inmunidad se pierde con el tiempo. Se aprecia ya en el colectivo de usuarios de residencias, en el que la efectividad se mantiene en valores superiores al 96 % en los vacunados a partir de mayo, pero cae por debajo del 77 % en los que se pincharon ya hace más de seis meses. También ponen de relevancia que la eficacia real difiere considerablemente de la estimada en los ensayos, en los que Pfizer se adjudicó un 95 %, Moderna un 94 %, AstraZeneca un 80 % y Janssen un 67 %.
Desde el 27 de diciembre del 2020 hasta hoy se han administrado 71.668.176 dosis. Los mayores de las residencias y el personal sanitario de primera línea fueron los primeros. Como los de 70 a 79, recibieron sueros de ARN mensajero (Pfizer y Moderna) y hasta el 29 de enero no arrancaron las inoculaciones de AstraZeneca, inicialmente a trabajadores esenciales, incluyendo sanitarios de segunda línea entre 18 y 55 años. A partir del 17 de marzo, esta vacuna se recomendó a la población general de 60 a 69. Tras registrarse algunas reacciones adversas, para los que aún no habían cumplido los 60 se recomendó completar la pauta con Pfizer, pero la mayoría optaron por seguir con AstraZeneca. Por último, la vacuna de Janssen se destinó a colectivos a los que resultaba más complicado llegar (temporeros, migrantes irregulares, población con alta movilidad y grandes dependientes con problemas de movilidad) y a la población general por debajo de los 60, que también se estaba pinchando con Pfizer y Moderna. En julio, Sanidad determinó que los menores de 40 no recibirían la fórmula de Johnson & Johnson al registrarse casos trombóticos y la inmunización se completó en los más jóvenes solo con los fármacos de ARN.