El encuentro de los aficionados a los videojuegos recupera la presencialidad y cuenta con 800 inscritos de 18 provincias
07 oct 2022 . Actualizado a las 19:48 h.La XGN R Encounter de Silleda, impulsada por la Xunta, recupera este año la presencialidad tras la pandemia y vuelve a ser punto de encuentro de los aficionados al ocio tecnológico. Son casi 800 los inscritos que desde este viernes disfrutan de un largo fin de semana de navegación a una velocidad de hasta 20 Gigabytes ofrecida por R y un amplio programa que sirve de escaparate a las nuevas propuestas de ocio electrónico y nuevas tecnologías. Una de las novedades de esta edición es una zona de realidad virtual orientada a la creatividad que cuenta con juegos y opciones de dibujo en 3D.
Gestionado por la empresa Wuautech, los asistentes podrán vivir una experiencia de hiperrealidad totalmente inmersiva y una yincana con pruebas a superar en un determinado tiempo. Para los inscritos, la mayoría gallegos, de un total de 18 provincias distintas, la cita supone volverse a ver las caras disfrutando de competiciones de arte digital, talleres de hidroimpresión o torneos de videojuegos como League of Legends, Valorant, Rocket League, Fifa 22, Mario Kart 8 o StreetFighter V, a los que se suman clásicos como el Trivial de cine, una competición de aviones de papel o el Game of encounter: la casa de la org.
Para los que llegan de fuera, la cita ofrece a través de la Extranet desde conferencias, como una sobre materiales baratos para iniciarse en el cosplay, a diversos talleres de creación junto con eventos y concursos de simulación de vuelo de la mano de Ivao (Internacional Virtual Aviation Organization).
La lanparty, que suma más de 50 propuestas lúdicas y formativas, fue inaugurada en el recinto de la Feira Internacional de Galicia en Silleda por el vicepresidente segundo de la Xunta, Diego Calvo, y la directora xeral de Xuventude, Cristina Pichel, junto a otras autoridades. El jueves empezaron ya a instalarse los participantes y este viernes ya se vivía un auténtico ambiente de fiesta en el recinto en el que se colocaban los últimos rezagados cargados con ordenadores, en muchos casos tuneados, pantallas y algunos con sus propias sillas, dispuestos a pasar el fin de semana sin despegarse de su puesto.