El hombre, que niega los hechos, se enfrenta a una posible condena de seis a doce años de cárcel por la gravedad de las lesiones, que han ocasionado un 81 % de discapacidad al menor
13 abr 2023 . Actualizado a las 21:59 h.Un hombre de 41 años está siendo investigado en Zaragoza por, presuntamente, dejar ciego a su bebé tras zarandearlo para que dejara de llorar. El pequeño, que sufre graves secuelas neurológicas, tenía solo cuatro meses cuando ocurrieron los hechos. Actualmente, el menor tiene reconocido un 81% de discapacidad y un grado de dependencia II o severa. Recibe atención en la Once y en Disminuidos Físicos de Aragón por su discapacidad del sistema neuromuscular y su deficiencia visual.
Los hechos sucedieron en mayo de 2022. Al parecer, el hombre había empezado a trabajar como repartidor de pan y tenía horario de noche. La tarde de autos, la del día 20, él estaba a cargo del bebé porque su pareja tuvo que salir. En casa también estaba otro hijo de ella que entonces tenía nueve años. Esa noche, el hombre envió varios mensajes a su pareja, que también trabajaba de noche en una fábrica, quejándose de que el pequeño no paraba de llorar, siempre según la investigación. La madre le aconsejó que tuviera paciencia y que le diera un biberón y lo meciera un poco para calmarlo. Sin embargo, el padre presuntamente zarandeó al bebé y le propinó algún golpe porque no conseguía que dejara de llorar y le impedía descansar, como él pretendía. En uno de los mensajes que envió a su pareja, le dijo que había logrado que se durmiera justo cinco minutos antes de que llegara la abuela (materna) para hacerse cargo de los niños y que él pudiera marcharse a su trabajo.
La abuela declaró a la policía que encontró al niño «como asustado» y con la mirada perdida. La madre, que llegó un par de horas después, vio que tenía unas marcas en la cara, cerca de las orejas, en la nunca y en el cuello, y que «no enfocaba la vista», según adelanta Heraldo. Al preguntarle a su pareja por lo ocurrido y anunciarle que iba al hospital, él supuestamente trató de disuadirla diciéndole que los iban a denunciar a ambos. Lejos de hacerle caso, ella llevó a su hijo a urgencias y echó de casa al que hasta ese momento había sido su pareja.
Traumatismo craneal y lesiones cervicales
En el hospital confirmaron que el pequeño presentaba un traumatismo craneal y lesiones a nivel cervical compatibles con un cuadro de maltrato infantil conocido como síndrome del bebé zarandeado, aunque también se le denomina del bebé sacudido o agitado. El padre fue detenido y quedó en libertad provisional, según confirmaron a este diario fuentes del caso.
El juzgado de Zaragoza que investiga los hechos ha dictado auto de procesamiento contra el padre del menor, al que se atribuye inicialmente un delito de lesiones graves con deformidad (artículos 147 a 149 del Código Penal) a una víctima especialmente vulnerable.
Esta semana ha tenido lugar la declaración indagatoria del investigado, que ha negado los hechos. Con la instrucción terminada, ahora serán las partes las que formularán escritos de acusación y de defensa, lo que dará paso al juicio oral, en el que se enfrentará a una posible condena que se movería en una horquilla de 6 a 12 años de prisión, a tenor del delito que se le imputa. La madre del bebé se ha personado en el procedimiento y ejerce la acusación particular contra su expareja. Tanto las Fuerzas de Seguridad como la Fiscalía de Menores han mostrado recientemente su preocupación por el aumento de casos de menores con graves lesiones causadas por el síndrome del zarandeo. «Es importante que los padres sean conscientes de la fragilidad del cerebro de sus bebés y que conozcan las gravísimas consecuencias que puede tener para su salud e incluso su vida si en un momento determinado pierden los nervios y lo agitan bruscamente», advertían desde el Ministerio Público.
La mecánica de producción del síndrome del bebé zarandeado la explica el pediatra Pedro Navarro, que es presidente del Colegio de Médicos de Málaga: «Ocurre cuando coges al niño por las axilas y lo mueves bruscamente hacia delante y hacia atrás. Lo que sucede dentro de la cabeza del bebé es que la parte blanda, que es el cerebro, golpea sobre la dura, que es el cráneo, y se produce una rotura de vasos sanguíneos, lo que provoca una hemorragia».
«Signos claros» de maltrato
El pediatra aclara que los vasos afectados tienen una disposición vertical y «es muy difícil que se rompan por otra causa». Además, suele producirse una hemorragia retiniana, que también es muy característica de este síndrome, que en realidad es una forma de maltrato infantil. «Ambos son signos claros», apostilla Navarro, «pero para confirmar el diagnóstico hay que hacerle al menor un TAC y un fondo de ojo».
El presidente del Colegio de Médicos advierte de que el maltrato es una posibilidad de diagnóstico en la que «tienes que pensar para poder detectarlo», lo que obliga al pediatra a «ver más allá» de las lesiones que tiene delante. Dicho de otro modo, si no lo buscas, no lo encuentras.
Respecto a las consecuencias del síndrome, el representante de los galenos malagueños afirma que depende de la intensidad y de la gravedad de la hemorragia, que puede desembocar en el coma. Otras fuentes consultadas indicaron que en el 20 % de los casos el síndrome llega a ocasionar la muerte del bebé y en el 80% restante, patologías muy graves, como ceguera, sordera, lesiones en la médula espinal, trastorno motor severo o incapacidades en el habla o en el aprendizaje, entre otras.
Además de llamar a la implicación de los pediatras en su detección, Pedro Navarro destacó el papel de la sociedad, la colaboración ciudadana, para poner en conocimiento de las autoridades cualquier sospecha de maltrato infantil.