La lección que deja en Galicia el humo de los incendios de Canadá

SOCIEDAD

Imagen satelital que muestra la nube de humo en el Atlántico y sobre Galicia
Imagen satelital que muestra la nube de humo en el Atlántico y sobre Galicia MeteoGalicia

La misma corriente que empujó la nube de hollín a través del Atlántico está detrás del caos climático de los últimos años

19 sep 2023 . Actualizado a las 14:00 h.

En 1883 la explosión del Krakatoa, en Indonesia, liberó partículas a la alta atmósfera. En dos meses una nube volcánica gigante cubrió todo el planeta. La Royal Society de Londres empezó a recibir testimonios de gente que describía lo que veían. Algunos mencionaban un cielo oscuro y otros más rojizo. La institución inglesa puso en marcha la primera red de colaboración ciudadana de la historia. A partir de los datos que llegaban desde diferentes rincones del mundo gracias al telégrafo, los científicos intuyeron que algo movía la nube volcánica. El dibujo de su recorrido dio como resultado el primer mapa de las corrientes de viento que hay en la Tierra.

En el hemisferio norte existe una que circula de oeste a este a unos 8.000 metros de altura. Fue descubierta unos años antes de la Segunda Guerra Mundial por científicos japoneses. El gobierno nipón exigió que el hallazgo fuera un secreto de estado. En 1942 Japón echó mano de los vientos para atacar a Estados Unidos usando globos cargados con bombas que cruzaban el Pacífico. El objetivo era producir incendios en la costa oeste del país.

Tras el conflicto bélico, la ciencia se lanzó a investigar todo sobre esos vientos. Descubrió que recorren todo el hemisferio norte y que separan el aire cálido subtropical del frío polar. Actúan como un autopista que atraviesa océanos y continentes y que pueden alcanzar velocidades de 400 kilómetros por hora. La aviación suele aprovecharse actualmente de ellos para ahorrar tiempo y combustible. Un vuelo que viaja desde Madrid a Tokio o desde Nueva York a Londres será siempre más corto a la ida que a la vuelta.

El aire, como los aviones, también aprovecha el jet stream (terminología en inglés). Por ejemplo, las borrascas que cada año riegan generosamente a Galicia hasta el punto de  convertirla en una de las regiones más lluviosas del mundo nacen en la costa de Canadá, en Terranova. Después se suben a la corriente y llegan a la comunidad gallega.

El mismo camino que hacen las bajas presiones en el Atlántico norte recorrió estos días el humo procedente de los incendios de Quebec. «El transporte de humo nos permite visualizar cómo la atmósfera se comporta como un todo, sin fronteras y conecta lugares muy distantes. Lo que ha sucedido es que los incendios en Canadá han sido muy intensos y han producido pirocúmulos (nubes de humo) que pueden subir a grandes alturas. Estos días tuvimos una corriente en chorro bastante activa y zonal que terminó desplazando las partículas hasta la Península», explica Juan Taboada, de MeteoGalicia.

El humo que cruzó 5.000 kilómetros a través del Atlántico y unió Canadá con Galicia por unas horas deja una lección importante. El jet stream determina de dónde viene el aire y, por tanto, la dirección del viento. Si sopla del oeste trae de la mano las borrascas y llueve. Además, cuando se mueve a mucha velocidad se producen los temporales.

Sin embargo, como otros muchos mecanismos naturales de regulación climática, el calentamiento de la Tierra está modificando el comportamiento de la corriente. En concreto, se está debilitando. Como la diferencia entre el ecuador y los polos se ha reducido, el calentamiento está destensando el jet stream y generando meandros que suben y bajan.

Las ondulaciones que ascienden tienen la capacidad de conectar África con Galicia y producir episodios de calima. «Estos tienen la capacidad de empobrecer la calidad del aire que respiramos, cosa que no ha sucedido en este caso con el humo de los incendios», aclara Taboada. La corriente también puede generar un gran meandro descendente que incluya a la Península. En este caso, el aire conecta el Ártico con la comunidad gallega. No hay humo ni polvo, pero propicia las nevadas más intensas.

El nuevo patrón del jet stream y sus modos meridionales están detrás de los cambios de tiempo tan bruscos tan habituales en los últimos años. También de los eventos más extremos. Cuando se produce un meandro ascendente no solo viaja aire desde África, sino que además favorece que el anticiclón de las Azores se sitúe más al norte. Las altas presiones interrumpen el mismo camino que tomó el humo de los incendios desde Canadá y que hacen las borrascas. Es entonces cuando la comunidad gallega entra en sequía. Y si en una situación de ausencia de lluvia la corriente desplaza aire africano provoca que esa sequía se intensifique todavía más. Esto fue lo que ocurrió en Galicia en el 2022.

Este singular episodio meteorológico que termina este miércoles enseña que en lo referente al cambio climático ninguna región o país puede aislarse. Aunque España reduzca sus emisiones a cero, el dióxido de carbono llegará de otras zonas del mundo de la misma forma que el humo. O todos o nada.