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Un agreste paseo de algo más de un kilómetro comunica A Banda do Río con las Fervenzas do Pereiro, uno de los espacios naturales más espectaculares, pero menos conocidos del Concello de Poio.
21 jul 2023 . Actualizado a las 10:23 h.Junto con el Bosque de Colón, la considerada como la mayor concentración de secuoyas rojas de Europa, el monte Castrove alberga, en su zona de Poio, otros tesoros ambientales bastante desconocidos. Es el caso de las Fervenzas do Pereiro, un conjunto de saltos de aguas a los que se llega a través de un sendero de poco más de un kilómetro de longitud que retrotrae al senderista a un entorno de leyendas y cuentos de hadas.
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Y es que todo el recorrido, muy agreste aunque de dificultad baja, discurre por un bosque bajo distintas especies de árboles y por tramos donde las raíces asoman a la superficie, lo que, por momento, puede molestar al caminar. Así, uno transita confortado por la sombra de eucaliptos, acacias, carballos, castaños o arces, mientras aparta de su paso toda clase de helechos o ramas de mimbreras.
Este sendero, que conduce a dos grandes fervenzas y permite observar otras de menor calado, arranca desde O Pereiro de Abaixo, concretamente desde A Banda do Río, y discurre en un primer tramo por la margen derecha del regato Pinela. Tras dejar atrás la Ponte Vella pronto se alcanzan los restos que aún quedan del denominado Muíño da Boneira. En ruinas, es todo un ejemplo de lo que el Seminario de Estudios Socioeconómicos de Pontevedra Carlos Velasco define como una de las «manifestacións tanto dun oficio e dun saber facer (economía doméstica, xestión de recursos, ferramentas e utensilios) como dunha cultura popular asociada a estas labores». En la actualidad, conserva la piedra de moler, partes de la fachada y tramos de las canalizaciones de agua.
Dejando atrás esta estructura, la ruta continúa ya por la orilla derecha del regato, que se alcanza tras atravesar un pequeño paso de madera, el Ponte da Fervenza, que sirve de antesala para el descubrimiento de nuevos restos de molinos hidráulicos que antaño fueron uno de los motores económicos del municipio de Poio. Unos pasos más adelante, siempre remontando la corriente fluvial y una vez dejada atrás la confluencia con el regato Das Canles, se alcanza la primera de las grandes fervenzas, la de A Pindilleira. Con sus siete metros de caída no es la más alta de las de O Pereiro.
Zona de rápidos
Y es que el sendero continúa río arriba, de tal modo que tras pasar por una zona de pequeños rápidos se llega a la Ponte do Fentoso, un nuevo paso de madera que adopta el nombre que recibe otro de los regatos afluentes del de A Pinela al que se une en este punto concreto del sendero, y que antecede al tercero de los viaductos que terminan por encauzar al visitante, de nuevo a la margen derecha del cauce fluvial.
Es entonces cuando uno se enfrenta a la majestuosidad de la Fervenza da Freixa Alta. Con sus diez metros de caída, está claro que no es la más imponente de la provincia de Pontevedra —a modo de ejemplo, la de Toxa, en Silleda, tiene tres veces más caída—, pero es todo un espectáculo, principalmente cuando ha llovido y el regato conduce una importante cantidad de agua.