El Constitucional portugués decidirá si despenaliza el consumo de drogas sintéticas
SOCIEDAD
![El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, en una imagen durante la visita del Papa a su país a principios de mes](https://img.lavdg.com/sc/r_Zmn_UHGuSXCvMeaVakPxO-M2Q=/480x/2023/08/17/00121692280802199760951/Foto/reu_20230805_190541798.jpg)
El presidente, Marcelo Rebelo de Sousa, ha derivado al tribunal la propuesta del Gobierno para tengan la misma consideración que los estupefacientes clásicos
31 ago 2023 . Actualizado a las 17:23 h.El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, ha derivado este jueves al Tribunal Constitucional (TC) la norma para despenalizar el consumo de las drogas sintéticas para su revisión, al considerar que hay «falta de consulta» a las regiones de Azores y Madeira.
La Presidencia de la República lusa precisó en un comunicado que Rebelo de Sousa solicitó al TC una «inspección preventiva de la constitucionalidad» por la «falta de consulta a los órganos de gobierno propio de esas regiones» y «sin perjuicio de las reservas sobre una cuestión de contenido».
Esta norma, aprobada por el Parlamento portugués el pasado 19 de julio, despenaliza el consumo de drogas sintéticas al equipararlas al régimen de las sustancias clásicas, y elimina el criterio de la cantidad de dosis a la hora de diferenciar entre consumidor y traficante, pese a los recelos expresados por especialistas.
En su misiva al tribunal, Rebelo de Sousa recordó que el TC «ha producido extensa y consolidada jurisprudencia sobre el derecho de audición de los órganos de gobierno propios de estas regiones» y justificó que esta norma abarca además «serias implicaciones de salud pública, con reconocidas especificidades regionales».
Los diputados aprobaron en julio el proyecto elaborado a partir de dos propuestas de los socialistas, que tienen mayoría absoluta, y del líder de la oposición, el PSD (centroderecha), que despenalizan el consumo de nuevas sustancias psicotrópicas y que buscan que la posesión destinada al consumo no sea considerada delito.
El objetivo es diferenciar entre los traficantes y los consumidores y que estos puedan recibir tratamiento, en un momento en el que han aumentado las hospitalizaciones psiquiátricas ligadas al consumo de estupefacientes sintéticos, sobre todo en los archipiélagos de Madeira y Azores.
Este enfoque ya se aplica desde el año 2000 en Portugal a las drogas clásicas, con una política basada en priorizar la salud pública.
La ley establece que la posesión de hasta diez dosis no se consideraba tráfico y no se podía castigar, pero los socialistas eliminaron el criterio de la cantidad, que con este diploma sería considerado un «indicio» y no un criterio condenatorio.
La propuesta ha suscitado recelo entre especialistas, por el miedo a que los traficantes puedan justificar la posesión de drogas al eliminar el criterio de la cantidad.