Muere el «Hachiko de Crimea», el perro que esperó doce años junto al mar el regreso de su dueño

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SOCIEDAD

Estatua levantada en honor a Hachiko en la estación de Shibuya, en Tokio
Estatua levantada en honor a Hachiko en la estación de Shibuya, en Tokio

Mukhtar perdió a su mejor amigo en el 2011 en la costa del Mar Negro y, desde entonces, se dedicó a vagar por el paseo marítimo de la localidad de Yalta

14 sep 2023 . Actualizado a las 17:33 h.

Como aquellas mujeres que esperaban, con la vista fijada en el mar, el regreso de sus maridos, pasó Mukhtar casi toda su vida. Conocido como «Hachiko de Crimea», en alusión al can japonés que pasó una década aguardando a su dueño fallecido -y en cuya historia se basa la película homónima, recomendable siempre y cuando haya pañuelos a mano-, este perro esperó durante doce años a su mejor amigo. Desde su muerte, en el 2011, mientras trabajaba como socorrista en la costa del Mar Muerto, vagó por el paseo marítimo de la localidad de Yalta, donde finalmente falleció el pasado agosto, tal como confirmaron las autoridades locales.

Mukhtar comenzó a recorrer las calles de Yalta en el 2011 cuando, un mal día, su dueño no regresó del trabajo. Pero el perro no perdió la esperanza y, desde aquel momento, se dedicó a vagar por la orilla del mar, recorriendo el paseo marítimo de una punta a otra, cada día de su vida. Su historia es tan similar a la del perro akita japonés -la única diferencia es que uno aguardaba en el muelle y otro en la estación de tren- que los habitantes de la localidad lo rebautizaron como «Hachiko de Crimea».

Lo cierto es que Mukhtar se ganó pronto la simpatía de turistas y vecinos, que eran precisamente quienes se encargaban de cuidarlo. Sobre todo, después de hacerse amigo del trompetista callejero Viktor Malinovski, a quien seguía el ritmo de la música con sus ladridos

La historia de Mukhtar, como sucedió con la de Hachiko hace exactamente un siglo, conmovió tanto a los habitantes de Yalta que han decidido levantar una estatua en su honor, similar a la que se puede ver del can japonés en la estación de Shibuya de Tokio. La alcaldesa de esta localidad de Crimea, Yanina Pavlenko, además de lamentar la pérdida de un vecino que «conocía y quería a casi todos los que venían a nuestra ciudad», explicó que el monumento se instalará en mismo punto de embarque del puerto donde el perro esperó, durante doce años, el retorno de un amigo que nunca regresó.