Del «solo sí es sí» al «only yes means yes» que quiere abrirse paso en Europa

doménico chiappe MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

Manifestación en Santiago contra la primera sentencia de la Manada
Manifestación en Santiago contra la primera sentencia de la Manada SANDRA ALONSO

La definición de violación en un nueva directiva europea divide a los gobiernos

07 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando el caso de la Manada puso sobre la mesa en el año 2018 si una violación dejaba de serlo cuando la víctima no se oponía de forma vehemente, con acciones y palabras, el Gobierno de España activó todos los mecanismos para transformar la definición —y concepción social— de este tipo de agresión sexual. El debate se traslada ahora a Europa. «Para combatir la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica», una nueva directiva, redacta por la Comisión Europea y editada por el Parlamento, enfrenta dos visiones que discrepan en un punto clave. Por un lado, están los que colocan el consentimiento explícito en el centro —el «solo sí es sí», entre los que se encontrarían, además de España, Italia, Grecia, Luxemburgo y Bélgica. Por otro, los que solo contemplan que un ataque se entienda como violación si hubo violencia, entre los que estarían Francia, Hungría, Bulgaria, Polonia o Rumanía.

El texto europeo define la «violación» como una «penetración por vía vaginal, anal u oral», con «cualquier parte del cuerpo o con un objeto», si se ejecuta «sin el consentimiento voluntario de la mujer», teniendo en cuenta que no será un acto consentido si la mujer está en «estado de inconsciencia, intoxicación, sueño, enfermedad o discapacidad», precisa el Estudio sobre el impacto de la propuesta de directiva de la Comisión Europea sobre violencia contra las mujeres, redactado por la coordinadora española para el Lobi Europeo de Mujeres. Este artículo de la disposición, el número 5, fue el que encontró resistencia al llegar al Consejo de la Unión Europea, que representa a los 27 gobiernos. La solución para desencallar la directiva, de obligado cumplimiento en los países miembros, fue eliminar la referencia a «violación» de los delitos sexuales, explica Teresa Nevado, secretaria general del citado lobi. «Se quita la definición. Desaparece. Se habla de violencia, ciberviolencia y otras cosas. Pero sobre la violación no hay nada. Eso permitiría que se aplique la ley según lo que cada país entienda que es una violación».

La disposición encontró trabas en el órgano legislativo europeo porque estas directivas tienen una fuerza enorme y cada nación tiene que hacer la transposición a su legislación, explican desde la coordinadora de las asociaciones de mujeres de la UE . «Por eso se resisten», dicen.

Uso de la fuerza

Transformado el «solo sí es sí» en «only yes means yes», los países que, como España, apoyan el consentimiento como base de la legislación y los movimientos feministas europeos comenzaron entonces a movilizarse. La campaña arranca el día 8 en Bruselas. «La diferencia es fundamental», manifiesta Teresa Nevado. «Montones de casos de violación quedan fuera de ese delito si solo se considera el uso de la fuerza».

Protección para todas las mujeres de la UE, independientemente de donde vivan

Para que la directiva sea reescrita, se necesita una «mayoría cualificada» de al menos 15 países que representen el 65 % de la población europea. A España, Suecia, Italia, Grecia, Luxemburgo y Bélgica, a favor de volver a introducir el consentimiento en la nueva norma, «es probable que se sumen Croacia y Portugal, aunque no es seguro», saca cuentas Teresa Nevado, del Lobi Europeo de Mujeres, que reconoce que están muy lejos de lograr su objetivo y que el tiempo juega en contra.

«Todo tiene que estar resuelto antes que se disuelva el Parlamento el año que viene». Confían en que Francia o Alemania cambien de opinión, si hay suficiente presión de sus ciudadanos. «Hay que hacerles ver que lo contrario sería una completa incoherencia», dice. Y descartan a Bulgaria, República Checa, Hungría, Letonia, Lituania y Eslovaquia, porque ni siquiera han ratificado el Convenio de Estambul —una declaración mundial contra la violencia de género—. «Argumentan razones legales, pero son políticas. No hay ningún tratado europeo que impida meter la violación en esta directiva», asegura Nevado. «Si no hay acuerdo, no hay directiva. También podría salir tal como está ahora, sin incluir la violación. Cualquiera de las dos opciones son pésimas».

La plataforma feminista —que organiza una jornada en Madrid para el día 14 de noviembre— explica que no hay ninguna manifestación sobre el asunto por parte de Francia y Alemania, ni para un lado ni para el otro. Pero , por filtraciones de las conversaciones de alto nivel, creen que hay países abiertos a escuchar que podrían cambiar de posición.

Para la Comisión de Malos Tratos, «una definición de violación basada en el consentimiento libremente otorgado» haría que «todas las mujeres de la Unión Europea, independientemente de dónde vivan o a donde viajen, puedan estar protegidas sobre la misma base».