Khadija y Cherive, las siamesas llegadas de Mauritania a Barcelona, ya viven separadas

jon garay COLPISA

SOCIEDAD

Las siamesas en España, antes de ser intervenidas
Las siamesas en España, antes de ser intervenidas Sant Joan de Déu | EFE

«La intervención se ha desarrollado según lo previsto. En los próximos días se informará sobre la evolución de las pacientes», ha asegurado el hospital Sant Joan de Déu, de Barcelona, donde han sido operadas durante cinco horas

08 nov 2023 . Actualizado a las 17:36 h.

Khadija y Cherive ya viven por separado. Las dos pequeñas siamesas que nacieron unidas por la parte superior del abdomen en Mauritania el pasado 8 de octubre y llegaron a España a finales del mismo mes, han sido intervenidas este miércoles en el hospital Sant Joan de Déu, de Barcelona. Según fuentes hospitalarias, la operación, en la que han intervenido 20 especialistas y ha durado cinco horas, «se ha desarrollado según lo previsto. En los próximos días se informará sobre la evolución de las pacientes».

Las dos bebés, que vinieron al mundo con un peso conjunto de 5,2 kilos, fueron trasladadas junto a sus familiares desde su país a bordo de una aeronave del Ejército del Aire con «un puesto de cuidados críticos, preparado y adaptado». El vuelo hasta la Ciudad Condal se prolongó durante 13 horas, tiempo en el que estuvieron atendidas por personal médico y sanitario militar y del hospital. «Las niñas se mantuvieron estables durante el vuelo», informaron.

Ya en el centro catalán, al que llegaron gracias a un programa de solidaridad, han estado bajo los cuidados de equipos de Neonatología, Cirugía, Cardiología, Gastroenterología, Nutrición y Anestesia, entre otros. «Respiran sin dificultad y sin necesidad de oxígeno suplementario», aseguraron en el hospital, donde se les realizaron pruebas complementarias para conocer con mayor exactitud su estado de salud.

El éxito de una cirugía de este tipo «depende del tipo que sea y de la extensión de las estructuras que comparten», explica Isabel Paredes, investigadora de la Universidad de Valladolid. «Son casos tremendamente raros y excepcionales, y pueden tener una baja supervivencia. Tanto si se les separa como si no, la intervención puede afectar a la calidad de vida del individuo», explica la especialista.