Selva atlántica en el pulmón de Vigo

SOCIEDAD

Oscar Vázquez

A escasos metros de un gran centro comercial de la Gran Vía de Vigo se oculta el Parque Canino de Castrelos, un tramo de paseo del río Lagares en el que aún es posible darse un baño en el fósil de un bosque fronterizo

16 dic 2023 . Actualizado a las 13:59 h.

Quienes han pateado muchos kilómetros a la vera de los ríos gallegos o por el Camino de Santiago reconocen este bucólico paisaje en cuanto lo pisan. Adentrarse en el Parque Canino de Ponte Nova, junto a Castrelos, es pisar la frontera, volver a los orígenes del bosque atlántico con sus corredoiras, el sonar del agua, la sombra y los troncos y muros de piedra cubiertos de musgo. Este tramo del paseo del río Lagares está reservado para los dueños de perros como espacio dog-friendly y para el público en general. Es una auténtica selva atlántica que late oculta en pleno corazón de la ciudad y que aún conserva las esencias del genuino monte gallego. En el extrarradio, hay múltiples ejemplos de rincones rurales similares en el río Eifonso y su fervenza, en Beade o en los molinos de Zamáns. Pero para darse un baño de bosque real en pleno casco urbano, lo más parecido es el parque canino de Puente Nuevo, que dista escasos metros de un gran centro comercial de la Gran Vía, la circunvalación y la urbanización de adosados Aires.

A diferencia del pulmón urbano de Castrelos, sito al otro lado del puente nuevo, en el parque canino ni hay césped que huela a recién cortado, ni estanques con patos ni árboles ornamentales de tonos rojizos. El diseño de orden racionalista de Castrelos se esfuma y emerge una naturaleza selvática y fronteriza. La ventaja del bosque de Ponte Nova, frente a los del rural, es que está a pie de calle, no es tan agreste y el Concello de Vigo ha adecentado un circuito de un kilómetro de sendas en doble sentido tan anchas que permiten el paso de bicicletas aunque muchos perros les ladran.

El parque canino es un fósil del típico bosque gallego a orillas de una finca y un río: carballos cubiertos de musgo, el sonido del agua que fluye en remolinos o suaves cascadas sobre cantos rodados apilados. Se respira una atmósfera caótica, con enredaderas y ramas dobladas por doquier, que sobrepasan los muros de las corredoiras. Esta selva en penumbra revive cuando se cuela un rayo de sol.

Uno de los tramos más interesantes del parque muestra unas ruinas de piedra junto al río de lo que pudo ser un pequeño molino o una casa. Cerca había una fábrica. Le aporta ese ambiente bucólico y vetusto que los peregrinos agradecen tanto cuando se adentran por las corredoiras.

El paseo del río Lagares cuenta con varios tramos adecentados, como este, y el objetivo del Concello de Vigo es unir a pie el nacimiento cerca de una laguna en Peinador con su desembocadura en la Xunqueira, en Samil. A diferencia de otros tramos, salteados de fábricas en sus laterales o viaductos que pasan por encima, el parque canino aún permite una visita exprés a un bosque gallego sin salir al rural. Le faltaría una fervenza aunque cerca hay un puente medieval.

Para llegar al Parque Canino en coche lo más fácil es bajar por el centro comercial, seguir hasta Ponte Nova y parar frente al lavadero junto al puente. Cruzar a la izquierda y seguir el río corriente arriba, hacia Sárdoma. A pie, ir por el parque de Castrelos río arriba hasta el lavadero.

Este parque municipal de 14.000 metros cuadrados suele estar frecuentado por dueños que pasean sus perros, a veces sin correa, por lo que conviene ir con precaución. Destaca una amplia explanada con sombra y bancos ideal para un descanso.

Dónde

El Parque Canino de Castrelos o Ponte Nova está en el paseo del Lagares

¿Cómo llegar?

A pie, desde el parque de Castrelos. En coche, salir de avda. Arquitecto Palacios