Galicia pendiente de la rotura del vórtice polar

SOCIEDAD

XOAN A. SOLER

Podría impulsar un nuevo patrón atmosférico en el 2024

29 dic 2023 . Actualizado a las 16:36 h.

La comunidad meteorológica de Europa y Estados Unidos no habla de otra cosa. La previsión de un calentamiento súbito en la estratosfera empieza a tomar forma. Los diferentes modelos empiezan a coincidir en que este evento se producirá en torno al cinco enero. Además, parece que podría ser un episodio intenso, ya que las anomalías positivas en la estratosfera (valores por encima de la media) podrían alcanzar los cincuenta grados.

Este fenómeno meteorológico merece una aclaración. Un calentamiento de la estratosfera representa un proceso natural que nada tiene que ver con el cambio climático de origen antropogénico. «Los calentamientos estratosféricos repentinos han ocurrido en el 50 % de los inviernos árticos desde su descubrimiento en la década de 1950», subraya el investigador de la Universidad de Columbia Simon Lee.

Si bien es cierto que el calentamiento estratosférico parece garantizado, el debate ahora mismo reside en tratar de anticipar cuáles pueden ser las consecuencias. Una posibilidad bastante real es que el vórtice polar se debilite, algo que ya aparece en algunos pronósticos. «Compare la ubicación actual del vórtice polar (izquierda) con el escenario dentro de 2 semanas (derecha). Se muestra un vórtice desplazado sobre Europa y América del Norte», explica el meteorólogo Ben Noll.

El vórtice polar se encarga de mantener bien confinado el aire más frío que hay en la alta atmósfera ártica. Si se desplaza o incluso se rompe, ese aire tan gélido abandona su posición natural y acaba en la troposfera, la capa de la atmósfera que se encuentra entre la superficie y los doce kilómetros de altura. Aquí ocurren todos los fenómenos meteorológicos.

El cambio en la configuración del vórtice polar suele alterar la circulación de la corriente en chorro, provocando que se mueva con grandes meandros que generan situaciones extremas. Por ejemplo, las ondulaciones del jet stream pueden propiciar entradas de aire frío, bien desde el Ártico o desde Siberia.

El debilitamiento del vórtice polar también se percibe en la Oscilación del Atlántico Norte. Durante las últimas dos semanas ha estado en fase positiva, algo que explica la influencia anticiclónica, pero la previsión es que pase a fase negativa durante la primera semana del 2024. Esto provocaría que las altas presiones se desplazaran al sur y que las borrascas volviesen a ser protagonistas.

Y esto es precisamente lo que ya refleja la predicción del modelo europeo para la semana del 1 al 8 de enero, que apuesta por una anomalía húmeda en la comunidad gallega. Es decir, lluvia por encima de la media. No se descarta que algunas de las borrascas puedan canalizar aire polar hacia la Península y dar lugar a un episodio de frío y nieve.