Un secreto escondido en una iglesia de Marín

SOCIEDAD

RAMON LEIRO

El templo de Santa María do Campo exhibe ante los fieles una escena de la Anunciación y otras pinturas del siglo XVI que quedaron a la vista al retirar un retablo de madera en el 2001

13 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La iglesia de Santa María do Campo, en la zona rural del municipio pontevedrés de Marín, no tiene retablo en el altar mayor. Lo tuvo durante quizás doscientos años o más, pero el entarimado de madera se retiró en el 2001 cuando el entonces párroco, Rubén Aramburu, supo que detrás había una capa de pinturas de mucho más atrás. Así que, de acuerdo con sus superiores eclesiásticos y bajo la supervisión de Patrimonio, se desmontó el retablo y para sorpresa de casi todos, allí estaban, dos grandes ángeles con trompetas y un Cristo en majestad vestido con un manto de armiño, el símbolo del poder imperial. Las pinturas estaba muy deterioradas, pero los diseños se apreciaban lo suficientemente bien. El problema ahora, confirmado el hallazgo, era cómo preservarlas. O no. Porque esta fue la primera, pero no la única sorpresa que protegió esta iglesia.

Resulta que esas pinturas del Cristo del manto de armiño y los ángeles trompetistas eran solo un remiendo. De acuerdo, un curioso e infrecuente remiendo, pero a fin de cuentas un remiendo si se tiene en cuenta el descubrimiento que hicieron los investigadores cuando examinaron las pinturas. Y es que detrás de esa capa de retablo pictórico, había otra composición al fresco, aún más antigua y de una calidad artística superior.

Llegó el momento de tomar una decisión y había que hacerlo rápido, para evitar que el deterioro de las pinturas, ahora expuestas a la luz del día, no fuese definitivo y la pared quedase vacía. Se optó por retirar la capa de pintura del siglo XVII, los ángeles trompetistas y el Cristo emperador y ver qué se conseguía descubrir debajo. Fueron momentos de emoción para los que participaron en el operativo, pero valió la pena.

Ante los ojos de los restauradores y por primera vez en quizás cerca de quinientos años, apareció una escena muy famosa en el arte religioso católico romano: una Anunciación. Una ventana, que estaba tapiada y que se reabrió en esta restauración, separaba la figura del ángel Gabriel a la izquierda y la Virgen María a la derecha. Como si de un cómic moderno se tratase, las palabras del ángel y la respuesta de María se pintaron también en unos carteles con abreviaturas y que se elevaban sobre las figuras. En latín, por supuesto, porque ese era el idioma de la liturgia católica y no dejó de serlo hasta el Vaticano II en el siglo XX.

Por otra parte, debajo del Cristo del armiño apareció otro, con una mano en posición de bendición y el orbe, la bola del mundo, en la otra. La composición la cerraba una paloma, símbolo del Espíritu Santo. Esta es la Anunciación que aún hoy se puede contemplar cuando los fieles acuden a misa.

Hay otro fresco, en uno de los laterales, probablemente en el otro hubo algo similar, pero esa pared fue picada y no queda nada a la vista. La pintura que ha sobrevivido también es de buena calidad y representa a tres santos colocados a modo de retablo, pero en pintura: un san Antonio Abad, un san Sebastián y un san Andrés. Por lo demás, si visitan este templo, fíjense también en su exterior, esta vez medieval.

La ubicación

En el lugar de O Campo, de fácil acceso desde la variante de Marín o desde Seixo

Las pinturas

Hubo dos capas: una del siglo XVII y otra de mayor calidad, quizás del XVI