Un hospital organiza una «boda exprés» para un paciente en cuidados paliativos

maría g. astorga COLPISA

SOCIEDAD

jesús romero

«Me habéis llenado de ilusión y vida, nunca pensé que fuerais capaces de organizar todo esto en tan poco tiempo», son las palabras de agradecimiento de Carlos a los asistentes

21 ago 2024 . Actualizado a las 19:33 h.

En la vida, hay momentos que nos recuerdan el verdadero significado del amor. En esta ocasión, el Hospital Gregorio Marañón se ha convertido en el escenario de unión entre una pareja que ha conmovido profundamente al personal sanitario del centro hospitalario ubicado en la capital española. El próximo 9 de septiembre, era la fecha que habían fijado Carlos y Pilar para unirse en matrimonio. Sin embargo, el destino tenía otros planes. La delicada situación de Carlos, ingresado en la Unidad de Cuidados Paliativos, los ha llevado a adelantar su boda.

«Estábamos como un día cualquiera en el despacho y recibo la llamada de la enfermera responsable del paciente. Me comenta que si por favor nos podíamos presentar en la unidad porque el paciente, junto a su mujer, habían decidido que se querían casar», ha explicado Javier Espadas, supervisor de Urgencias.

El personal del hospital, motivado por la voluntad de ofrecer un momento de alegría a los novios, se ha movilizado con una entrega que ha ido más allá de sus deberes profesionales porque, según dice la subdirectora de Enfermería del centro, Diana Molina, los cuidados de los pacientes «son y deben ser en todas las esferas de su vida». También han acompañado a los novios la subgerente del hospital, Marta Sánchez Celaya y supervisores de las áreas de Urgencias y Oncología.

Un «sí quiero» exprés

En los jardines del hospital, junto al pabellón quirúrgico, bajo una pérgola que abrazó a los seres queridos de la pareja, se ha celebrado una boda única. Con la colaboración de la familia, del personal médico y administrativo, y con la complicidad de todos aquellos que comprenden que el amor es también una forma de curar, Carlos y Pilar se han dado el 'sí quiero' en una ceremonia tan emotiva como improvisada, pero llena de vida.

El acto, a pesar de la premura, no ha carecido de los detalles esenciales y tan característicos de una boda: intercambio de anillos, besos, y vítores a los contrayentes. Incluso ha habido un lanzamiento de ramo que ha causado risas y emoción entre el personal de enfermería, que se ha mostrado tan receptivo al amor como a las bromas de la ocasión. El encargado de inmortalizar el momento para que los novios tuvieran un recuerdo entrañable ha sido el fotógrafo, Jesús Romero, miembro también del Marañón en el Servicio de Comunicación.

La pareja se ha mostrado muy agradecida en todo momento y han resaltado la implicación del personal sanitario. Tras la foto con la familia y con el personal del hospital, el novio ha trasladado su gratitud a los asistentes, «me habéis llenado de ilusión y vida, nunca pensé que fuerais capaces de organizar todo esto en tan poco tiempo», ha explicado. «Llevamos en el corazón el esfuerzo que hacen todos en el hospital por ayudarnos y cuidarnos sin parar», ha declarado Pilar emocionada y entre lágrimas.

Al finalizar el enlace, los novios, llenos de ilusión, han vuelto a la habitación con su familia para disfrutar del momento y comentar las anécdotas de la ceremonia. «Ha sido un momento muy feliz para ellos y entrañable para todo el personal, que lo ha vivido muy intensamente y volcados en que todo saliera lo mejor posible», ha declarado Molina. La historia de amor de la pareja ha encontrado su momento más especial. Ni la enfermedad, ni el dolor, ni las paredes de un hospital han podido frenar sus ganas de inmortalizar su historia. «Solo ver la felicidad del paciente en sus últimos días y las lágrimas de la familia, ha hecho que nos hayamos ido muy satisfechos», ha declarado Espadas.