Vendida la mansión donde murió hace un año Matthew Perry por casi ocho millones de euros
SOCIEDAD
El actor fue hallado en el jacuzzi del patio trasero de la vivienda, que pasa ahora a ser propiedad de la productora cinematográfica Anita Verma-Lallian
27 oct 2024 . Actualizado a las 20:15 h.Este lunes se cumple justo un año de la muerte del popular actor Matthew Perry en su casa en Los Ángeles. Casi como una coincidencia, la mansión donde se encontró el cadáver del intéprete acaba de ser vendida por 8,55 millones de dólares —que al cambio son algo menos de 8 millones de euros—.
Su nueva propietaria será Anita Verma-Lallian, una productora cinematográfica y promotora inmobiliaria residente en Scottsdale, Arizona. Utilizará esta nueva propiedad, según ha informado su representante, como casa de vacaciones.
Perry adquirió la casa en el año 2020 y pagó por ella 6 millones de dólares —5,5 millones de euros—. Situada en el exclusivo barrio residencial de Pacific Palisades, tiene 320 metros cuadrados, cuatro habitaciones y está rodeada de un jardín en el que hay una piscina infinita.
El cuerpo del actor fue hallado el 28 de octubre del 2023 en el jacuzzi del patio trasero de su propiedad. En un principio, se clasificó como muerte como ahogamiento, pero los resultados de la autopsia apuntaban a otras razones. El actor de 54 años tenía un nivel de ketamina en sangre equivalente al que se aplica en medicina para una anestesia general.
La investigación de la muerte del actor apuntó cada vez más hacia su entorno cercano, en el que había personas sin escrúpulos que se aprovechaban de sus adicciones para fomentar la dependencia que acabó por costarle la vida.
Su asistente personal, Kenneth Iwamasa, se declaró culpable de «conspirar para distribuirle» la ketamina que se relaciona con la muerte del actor. Confirmó que le inyectó la sustancia en repetidas ocasiones sin indicación médica alguna. También el propio día de su muerte.
Entre los acusados de formar parte de la red de suministro del actor hay cinco personas: dos médicos, una «importante fuente de suministro» de drogas conocida como «La Reina de la Ketamina» y varios intermediarios que, según el fiscal federal Martin Estrada, se «aprovecharon» de Perry al suministrarle la sustancia anestésica con poder alucinógeno.