Geneviève Jeanningros, la monja amiga del papa Francisco que se ha saltado el protocolo para llorar ante su féretro
SOCIEDAD
Esta religiosa de 81 años, de la orden de las Hermanitas de Jesús, se dedica a asistir a mujeres transexuales y a llevarlas a las audiencias celebradas por el pontífice
23 abr 2025 . Actualizado a las 17:45 h.Mientras los cardenales y obispos daban el último adiós al papa Francisco uno por uno, una religiosa se saltó el protocolo y se colocó en uno de los lados de la zona del féretro. Se detuvo y rezó durante varios minutos sin que nadie pudiera decirle nada: era sor Geneviève Jeanningros, amiga íntima del papa.
La monja, de 81 años, de la orden de las Hermanitas de Jesús y con una mochila sobre sus hombros, se acercó discretamente y se quedó parada en una de las esquinas que delimita el cordón para velar al papa Francisco, fallecido este lunes a los 88 años, para rezar y llorar en silencio. A pesar de que no formaba parte del rígido protocolo que obligaba a los cardenales, obispos y personal del Vaticano a ser los primeros en dar el adiós al pontífice, nadie se atrevió a decirle a la religiosa que ese no era su lugar y allí permaneció durante varios minutos.
El papa Francisco la llamaba la enfant terrible. Geneviève se dedica desde hace 56 años a asistir a las mujeres transexuales y a los feriantes de Ostia, la costa de la región del Lacio. La religiosa empezó cada miércoles a llevar a las audiencias generales del papa a varios de estos grupos, que además ejercen la prostitución en esta zona degradada a las afueras de Roma.
En medio de la pandemia del coronavirus, junto con el párroco de la Santísima Virgen Inmaculada de la localidad de Torvaianica, don Andrea Conocchia, llamó a la puerta del cardenal limosnero Konrad Krajewski para que llevase ayuda a las personas que trabajan en las ferias y a la comunidad trans: unas 40 o 50 personas, muchas sudamericanas, que ya no podían trabajar. Un miércoles acompañó a Claudia, a Marcella y a muchas otras transexuales para que conociesen al papa. «Incluso una fue asesinada poco después. Se habían tomado una foto con el papa, se la llevé y él rezó por ella», contaba a los medios vaticanos. «Lo aman tanto porque es la primera vez que un papa acoge a personas trans y gais. Le agradecen porque finalmente han encontrado una Iglesia que les ha tendido la mano», explicó ella en otra ocasión.
A finales de julio del 2024, Geneviève consiguió incluso que un papa visitará el parque de atracciones de Ostia para encontrarse con los feriantes y trabajadores del circo. «Les agradezco a todos por lo que hacen, por hacer sonreír a la gente», dijo entonces Francisco.