La fragmentación del sueño altera la estructura cerebral, sobre todo en mujeres

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

El estudio ha sido dirigido por los doctores del BBRC Laura Stankeviciute y Oriol Grau.
El estudio ha sido dirigido por los doctores del BBRC Laura Stankeviciute y Oriol Grau.

Un nuevo estudio impulsado por la Fundación «la Caixa» revela la relación entre dormir mal y la probabilidad de desarrollar alzhéimer

14 ago 2025 . Actualizado a las 11:20 h.

Dormir mal puede afectar al cerebro mucho antes de que aparezcan las primeras señales de alzhéimer. Un nuevo estudio del proyecto ALFASleep, liderado por el BarcelonaBeta Brain Research Center (BBRC), centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, y en colaboración con la Fundación ”la Caixa”, revela que tener un sueño de poca calidad, con mayor fragmentación, se asocia con cambios estructurales del cerebro en regiones vulnerables a la enfermedad de alzhéimer en personas sin deterioro cognitivo e independientemente de la presencia de esta patología.

La investigación, publicada en la revista Alzheimer's & Dementia, destaca por su robustez metodológica, que incluye una monitorización objetiva del sueño, evaluaciones cerebrales multimodales de biomarcadores del líquido cefalorraquídeo e imágenes de resonancia magnética. El estudio ha sido dirigido por la doctora Laura Stankeviciute, primera autora de la investigación, y el doctor Oriol Grau, líder del Grupo de Investigación Clínica y en Factores de Riesgo por Enfermedades Neurodegenerativas del BBRC. Los hallazgos refuerzan la evidencia creciente de que la falta de sueño puede comprometer la estructura cerebral independientemente de la patología clásica de la enfermedad de alzhéimer, y las mujeres muestran una mayor susceptibilidad a estos efectos.

«Los trastornos del sueño son una característica común del envejecimiento y son aún más pronunciados en personas con la enfermedad de Alzheimer. Los resultados de este estudio no solo apoyan descubrimientos previos, sino que también revelan un patrón particularmente destacable: hemos observado cambios medibles en la estructura cerebral que se producen independientemente de los biomarcadores clásicos del alzhéimer», explica el doctor Oriol Grau. «Esto sugiere que la fragmentación del sueño puede contribuir a alteraciones cerebrales relacionadas con la enfermedad a través de vías que no se explican únicamente por la patología establecida», continúa el especialista.

El estudio incluyó a 171 adultos cognitivamente sanos, la mayoría con un mayor riesgo de sufrir alzhéimer, de la cohorte que forma parte del estudio ALFA del BBRC, impulsado por la Fundación ”la Caixa”. A diferencia de estudios anteriores, esta investigación utilizó el actígrafo, un dispositivo no invasivo que rastrea los patrones de sueño durante períodos de hasta dos semanas.