El sector se afianza como alternativa de moda sostenible con identidad
12 oct 2025 . Actualizado a las 08:16 h.Los visitantes de Vintage and Coffee son recibidos por una escalera marrón decorada con plantas y cuadros coloridos. Al bajar los primeros escalones, un par de bolas de discoteca de diferentes tamaños anticipan que el interior del local es tan llamativo y especial como las prendas que su dueña, María Fernández, selecciona para ofrecer a sus clientes. Formada en política y sociología, María ha sentido siempre una fascinación por la moda, su historia y todo lo que la rodea. Motivada por su pasión, se inspiró en sus viajes por el mundo para emprender un proyecto que lleva más de once años en funcionamiento, ubicado en el número 4 de la calle Juana de Vega, en A Coruña.
En su establecimiento, todos los estilos tienen cabida. Precisamente ese es uno de sus objetivos: «Que las personas encuentren su identidad y combinen sus prendas habituales con piezas vintage». Sus proveedores, en su mayoría europeos, le ofrecen diseños que María escoge uno a uno, lava, plancha y se asegura de que estén en perfectas condiciones para su venta. «El vintage puede competir con cualquier marca y trato de que así sea», agrega Fernández.
Iago Gómez, propietario de la tienda ferrolana ubicada en el número 38 de la calle Dolores, trabaja siguiendo la misma filosofía. «En el mundo de la moda vintage, la ropa suele clasificarse en dos grados: A y B. El grado A corresponde a prendas en perfecto estado, mientras que el grado B incluye aquellas que presentan alguna imperfección. En mi caso, siempre compro de tipo A», explica, al referirse a la oferta de su negocio.
Hace un par de años, Iago comenzó a interesarse por ciertas firmas a las que accedía a través de aplicaciones como Vinted o Wallapop. Tras compartir sus compras con sus amigos y comprobar que el interés era mutuo, decidió abrir Chavs Clothing en el 2020. Un proyecto que nació inicialmente en redes sociales y que, casi dos años después, se materializó en un local físico que ofrece prendas vintage, artículos de marcas de moda gallegas como los jerséis de NWHR Clothing o los bolsos de denim de The River, y que también cuenta con su propia marca de upcycling.
Felipe Ces abrió Kaméleon Vintage en el número 65 de la avenida Rosalía de Castro, en Santiago de Compostela, motivado por una situación similar a la de Iago. Durante un viaje a Italia tuvo la oportunidad de comprar varios conjuntos a buen precio, lo que le hizo plantearse «abrir un negocio que ofreciera ropa económica y de buena calidad». El germen de Kaméleon Vintage se gestó en Wallapop, maduró en internet y, en 2021, abrió las puertas de un establecimiento que el ribeirense dirige acompañado de dos personas más y que se ha hecho un hueco entre estudiantes, turistas y residentes de la ciudad.
Una moda que convence
La historiadora estadounidense Anne Hollander supo captar un cambio cultural que bullía bajo la superficie en 1979, cuando publicó In Vintage Clothes, un ensayo en el que describía la fascinación moderna por las prendas de otra época. Desde entonces, el vintage ha dejado de ser una afición de nicho para convertirse en una realidad visible en las calles de muchas localidades gallegas.
Ces coincide con María e Iago en afirmar que, hasta hace poco, «existía un estigma sobre la ropa vintage», un prejuicio que parecía denostar un consumo orientado no solo a dar una segunda vida a ropa de calidad, sino también a fomentar una economía circular mucho más responsable.
En los últimos años no solo se ha incrementado el número de tiendas, también lo ha hecho el de eventos. Algunos se organizan con fines benéficos o fruto de alianzas entre aficionados al sector y, en otros casos, son impulsados por los propios comercios especializados. Es el caso de Kaméleon Vintage, que a finales de mes rebaja a 10 euros una selección de prendas y las ofrece en una jornada con formato de mercadillo, o de las pop ups que pone en marcha en A Coruña El Tendal Vintage.
Lucía Rodríguez y Helena Rico son compradoras habituales y convencidas. Siempre que pueden visitan sus tiendas favoritas y no dudan en acercarse a los mercadillos cuando tienen oportunidad de hacerlo. Ambas descubrieron su interés por la moda del pasado hace un par de años. Hoy lucen sus adquisiciones en el día a día y, en el caso de Rico, estilista de profesión, las incorpora también a los looks de sus trabajos. A pesar de ser personas distintas, comparten una experiencia única que solo ofrece el vintage: disfrutar de prendas con diseños irrepetibles e historias propias, grabadas en cada tejido, cremallera y bolsillo.