Los físicos Jorge Mira y José María Martín Olalla defienden la continuidad del actual sistema porque permite adaptarnos mejor al sol. mientras que el catedrático emérito de Medicina y exjefe de Endocrinología del CHUS Felipe Casanueva apuesta por eliminar el cambio para evitar problemas metabólicos
22 oct 2025 . Actualizado a las 13:48 h.Sí que tiene sentido el cambio estacional
El presidente del Gobierno ha dicho que ya no le ve sentido al cambio estacional de hora. Pero sí que lo tiene: la razón es nuestra posición en un planeta cuya orientación respecto al Sol cambia 47 grados cada 6 meses, de verano a invierno. El cambio es tal que en Madrid en los tres meses alrededor del solsticio de verano el Sol cae más a plomo que en el centro de Kenia, y de ahí pasamos a que, en los tres meses alrededor del solsticio de invierno, caiga menos a plomo que en la costa de la Antártida. Es un problema tan cotidiano que en 1811 las Cortes de Cádiz ya tenían un horario en invierno y otro en verano. ¿Por ahorrar energía? No, para adaptarse a los rigores de una y otra estación.
También ha dicho el presidente que escucha a la ciencia. Pero quizá no a toda la ciencia. Hemos publicado varios artículos científicos sobre el cambio estacional de hora, alertando de los problemas conceptuales que están viciando el debate en este campo. Por ejemplo, hay personas que afirman que el horario de invierno se adapta mejor a las condiciones de luz de nuestro entorno y es más saludable, pero solo lo es en la estación invernal. Llegada la primavera y el verano, el horario de verano se adapta mejor a nuestras condiciones de luz: amanece antes y eso fomenta que nos activemos antes. La hora de verano reparte mejor la actividad humana: empezar antes para terminar antes y disfrutar de ocio con luz de tarde; en lugar de tener un ocio segmentado (¿alguien se plantea ir con los niños al parque por la mañana antes de ir a trabajar?).
Querer eliminar el cambio nos aboca a un dilema contra natura, que es análogo a preguntarse: ¿Debo llevar bermudas todo el año o abrigo todo el año? No hay solución de piñón fijo. La hora de invierno en verano haría que amaneciera entre las 5 y las 6 de la mañana cuatro meses del año. Las personas que se activan más tarde verían esto como una anormalidad: arrancarían la jornada con el Sol muy alto y mucho calor; disfrutarían de un ocio vespertino más corto, con un impacto importante en el sector turístico y de servicios.
La hora de verano en invierno traería el amanecer a las 10 de la mañana durante 4 meses del año: quienes se activan más temprano sufrirían para arrancar su actividad con una oscuridad prolongada.
El cambio estacional de la hora es un compromiso que, con sus molestias, permite tener una actividad razonablemente ajustada a los cambios estacionales en un entorno donde hay trabajadores madrugadores y tardíos; ajustando el este y el oeste.
Jorge Mira y José María Martín Olalla. El primero es catedrático de Física en la Universidade de Santiago y el segundo en la de Sevilla.
La aberración del cambio de horario
España en general y Galicia en particular, cometen dos graves errores al tener un horario político y no el regulado por la evolución del sol. El huso horario actual es una herencia de Franco, dado que antes de la 2ª Guerra Mundial, España tenía el horario adecuado. Curiosamente, también Inglaterra lo hizo, pero fue para hacer más eficaces los bombardeos sobre Alemania. Terminada la Guerra, Inglaterra volvió a su horario, pero España aún mantiene el mismo horario que Alemania.
Hay que recordar que, en el pasado, en nuestro país se almorzaba a las 12h? 2.30horas y se cenaba muy temprano. En la actualidad este horario se ha retrasado todo en 2 horas. Se almuerza sobre las 2-3pm, se cena cerca de las 10pm y nos acostamos muy tarde para poder hacer la digestión. Pero nos levantamos a la hora estándar, antes de las 7am, para entrar a trabajar a las 8am. Con lo cual, los españoles somos la población que menos duerme. Esto explica en parte la bajísima productividad de nuestro país.
Es muy injusto para los niños. Si los padres están despiertos hasta las 12pm de la noche, los niños se acuestan tarde y al día siguiente los maestros nos comentan que en las dos primeras horas de clase están desconectados.
Considerando que el Meridiano de Greenwich, el cual marca a nivel mundial el huso horario, pasa entre Zaragoza y Barcelona, entonces el horario que nos corresponde es el mismo que Portugal e Inglaterra. El resultado es que cuando en Inglaterra se levantan a las 7am, nosotros lo hacemos a las 6am, hora solar.
¿Cómo es posible que Galicia tenga el mismo horario que Varsovia, que está más al Norte y mucho más al Este? Cuando en Varsovia son las 7 de la mañana, también lo son para nosotros, pero en realidad son las 5 de la mañana, según el sol.
Cambiar el horario dos veces por año. Esto en un principio se justificó por ahorro energético, pero como una mentira tan grande es imposible de mantener, ahora se justifica «porque todos lo hacen».
El desfase entre el horario del reloj y el horario solar en España causa problemas metabólicos, ya que «en Europa se levantan a las siete de acuerdo con su horario solar. Pero, en Galicia, cuando marcan las siete en el reloj son realmente la seis en invierno y las cinco en verano, mejor dicho, casi las cuatro y media por estar casi a una hora del meridiano de Greenwich.
En verano, como vamos dos horas oficiales por delante del horario solar, en Galicia tenemos que cerrar las persianas para que no entre la luz y los niños acepten ir a dormir. Con el cambio político de la hora dos veces al año, los que más sufren son los niños y los ancianos, que tardan en adaptarse. El ser humano está diseñado para hacer sus funciones conforme al sol y este horario trastoca la alimentación.
Los que opinan «da lo mismo» confunden el tiempo con el «espacio-tiempo» de Einstein.
Todo nuestro cuerpo y todas las nuestras células, sobre todo nuestro cerebro, tienen un reloj biológico que está sincronizado con el reloj solar. Por eso en invierno debemos dormir más y trabajar menos y la transición del invierno al verano debe de ser gradual, tal como ha ocurrido en los millones de años de evolución de la vida en la Tierra.
Para los escépticos recomiendo leer los trabajos científicos del profesor Darío Acuña, experto en Cronobiología. ¿A quién beneficia los dos cambios horarios del año? A los comerciantes, que venden más ropa; a los paseantes; a los políticos, que pueden presumir de controlar nuestras vidas, y a los expertos en física que controlan el espacio-tiempo de Einstein.
¿Se pueden eliminar los cambios de horario? Por supuesto, y ya se ha eliminado. Cada vez son más los países que mantienen el mismo horario todo el año. En Islandia hace más de 50 años que abandonaron el cambio, y Rusia lo hizo en el 2011, argumentando efectos negativos para la salud. Turquía dejó de mover los relojes en el 2016 y México hizo lo propio en el 2022, tras confirmar que su impacto en el ahorro energético era mínimo. También China y Japón descartaron esta práctica hace cuatro décadas, y lo mismo Argentina, Venezuela, Uruguay o Brasil.
En resumen: la aberración del horario oficial español, precisa de dos cambios: Eliminar absolutamente el cambio de hora invierno-verano y aceptar el huso horario que nos corresponde, el de Inglaterra, Portugal y Canarias.
Felipe Casanueva. Es catedrático emérito de Medicina en la Universidade de Santiago y exjefe de Endocrinología y Nutrición en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS).