Estos días pasa muy cerca de la Tierra el cometa Lemmon, un viajero procedente de los límites del Sistema Solar
26 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Estos días pasa muy cerca de la Tierra el cometa Lemmon, un viajero procedente de los límites del Sistema Solar que está dejando su rastro verdoso en el cielo de octubre. Es visible desde el pasado día 13, aunque esta semana ofrece las mejores condiciones para observarlo.
«Para poder presenciarlo a simple vista hay que ir a un lugar donde el cielo sea muy oscuro, sin contaminación lumínica y con el horizonte despejado. Ahora mismo emite un brillo dentro del rango de las terceras estrellas más brillantes del cielo», explica el astrónomo Borja Tosar.
Tosar reconoce que no es precisamente un cuerpo sencillo de identificar, pero anima a intentarlo con la ayuda de un poco de ayuda. « Con unos prismáticos incluso podrá verse la extensa cola del cometa. También con una cámara fotográfica es posible capturarlo», señala.

El cometa se encuentra en un momento crucial de su viaje por el vecindario cósmico. «Está a punto de aproximarse al Sol y no sabemos muy bien qué va a suceder, si a partir de ahora se verá mejor o peor. Dentro de los fenómenos astronómicos, los cometas son bastante impredecibles. Así que el consejo siempre es salir a tratar de cazarlo».
El C/2025 A6 (Lemmon) fue descubierto a comienzos de este año desde el observatorio Mount Lemmon, en Arizona (Estados Unidos) y procede de la Nube de Oort, una región situada a miles de millones de kilómetros donde orbitan los restos más antiguos de la formación del Sistema Solar.
Se trata de un cometa de largo período, que tarda decenas de miles de años en completar una vuelta alrededor del Sol. Su visita, por tanto, es única para la humanidad actual.
Durante estos días puede buscarse tras la puesta de sol, mirando hacia el noroeste, en la zona del Carro de la Osa Mayor, una de las constelaciones más reconocibles del firmamento.
Cada cometa es una máquina del tiempo. Lemmon, formado hace unos 4.600 millones de años, transporta los hielos primitivos y el polvo del nacimiento del Sistema Solar. Verlo cruzar el cielo es asomarse a ese origen remoto y entender que el agua y la propia vida la Tierra proceden de los confines del espacio exterior.