Violeta Mangriñán acumuló 10.000 euros en multas de tráfico: «No me consuela saber que no soy la única a la que le pasa»
SOCIEDAD
El desconocimiento de la «influencer» de las normas de la capital madrileña y varios cambios de domicilio han inflado sus sanciones durante meses: «La culpa es mía»
06 nov 2025 . Actualizado a las 14:23 h.La influencer Violeta Mangriñán ha vivido este miércoles uno de esos días en los que es mejor no levantarse de la cama. Un error como conductora y como vecina del Ayuntamiento de Madrid le ha costado muy caro a la exconcursante de Supervivientes. Porque, sin haberlo pensado, ha tenido que abonar al consistorio la desorbitada cifra de 10.000 euros en multas de tráfico. Un montante que, en su mayoría, se correspondían con intereses de demora.
«Me río por no llorar», ha lamentado la valenciana al contar su historia, en la que a las sanciones de tráfico se sumó un cambio de domicilio que acabó provocando que nunca se enterase de las multas hasta ahora, muchísimo tiempo después. «Resulta que las multas de tráfico me llegaban al primer piso en el que viví en Madrid y nadie me lo notificó hasta hace tres meses», ha explicado.
La creadora de contenido de 31 años ha estado siempre a medio camino entre su Valencia natal y la capital madrileña. Allí estableció su residencia hace ya una década. E hizo una vida de familia, junto a su pareja, Fabio Colloricchio, y sus dos hijas, Gala y Gia. Pero de su ciudad de adopción desconocía, eso sí, las consecuencias de adentrarse en Madrid Central con el coche. «Lo cojo para absolutamente todo y claro, yo siempre he vivido en las afueras, no en el centro, así que la mayoría de multas son por eso», ha revelado Violeta. «¿Sabes cuántas veces habré aparcado en la zona sin saber que no podía hacerlo? Muchísimas», ha explicado, sin poder ya contener la risa.
El caso es que, después de estas sanciones, llegó la mudanza a su hogar definitivo, en el que habían hecho una reforma: Villa Canela, bautizada en honor a su perra. Fue ahí, cuando, entre cajas y gestiones varias, Mangriñán se olvidó de cambiar la dirección de su domicilio en el registro. Y no era la primera vez que le pasaba. De ahí que, como le pasa a mucha gente, las notificaciones le siguieran llegando a varias direcciones anteriores.
No fue hasta hace tres meses cuando la avisaron de la llegada de esas cartas que no hacían más que sumar miles de euros de intereses. Es algo que es más recurrente de lo que parece, como muchos seguidores le hicieron saber. «No me consuela saber que no soy la única», indicó a través de sus historias de Instagram. «La culpa es mía», ha reconocido, «no me he quejado porque sea culpa mía, sino que muchas de estas cosas se podrían haber evitado si me hubiera enterado de dónde estaba recibiendo las multas, que encima me llegaban a dos domicilios distintos».
Por suerte, ahora ya tiene todo solucionado. Y dentro de lo que cabe, podría haber sido incluso peor. «Muchos me habéis dicho que os han ido embargando poco a poco la cuantía, pero yo he podido enfrentarla de una y dejar de generar intereses», ha dicho aliviada, añadiendo que ahora ya está pagado y que no le pasará otra. «Soy tonta, pero aprender de esto aprendo. De mis errores suelo aprender a la primera», concluyó.