Un análisis revela que los biomarcadores sanguíneos asociados a la enfermedad aumentan significativamente más rápido en personas con exceso de peso
04 dic 2025 . Actualizado a las 15:50 h.La obesidad es un factor de riesgo de alzhéimer. Es algo conocido, pero ¿hasta qué punto? El primer estudio que evalúa directamente su impacto en los biomarcadores sanguíneos (BBM) de la principal causa de demencia revela que estos aumentan hasta un 95 % más rápido en personas con obesidad que en aquellas con peso saludable. O, lo que es lo mismo, el exceso de grasa en el cuerpo acelera el alzhéimer.
«Esta es la primera vez que demostramos la relación entre la obesidad y la enfermedad de Alzheimer medida mediante pruebas de biomarcadores sanguíneos», explica el doctor Cyrus Raji, investigador de la Universidad de Washington en St. Louis (EE.UU.) y autor principal del estudio presentado en la reunión anual de la Sociedad Radiológica de Norteamérica (RSNA)
La investigación examinó datos de cinco años de 407 participantes, a los que se le analizó muestras de plasma para detectar marcadores biológicos asociados con el alzhéimer, incluidos los niveles de pTau217, la cadena ligera de neurofilamentos (NfL) (liberada por neuronas dañadas) y la GFAP (una proteína de soporte neuronal), validando estos resultados con tomografías por emisión de positrones (PET) para detectar la placa amiloide, un indicativo de la enfermedad.
Inicialmente, el análisis basal mostró una paradoja: el índice de masa corporal (IMC) estaba asociado con biomarcadores más bajos y una carga amiloide reducida en las exploraciones PET. Soheil Mohammadi, coautor principal, explicó que esta reducción se debe a la dilución de los biomarcadores causada por el mayor volumen sanguíneo en personas obesas. «Al basarse en las mediciones basales, se podría pensar erróneamente que las personas con obesidad presentaban una menor incidencia de la enfermedad de Alzheimer. Necesitamos datos longitudinales para comprender plenamente cómo la obesidad influye en la patología», señaló el doctor Mohammadi.
De esta forma, el análisis longitudinal (a lo largo del tiempo) demostró la verdadera relación: los participantes con obesidad presentaron un aumento de los niveles plasmáticos de la proporción de pTau217 entre un 29 % y un 95 % más rápido que las personas con peso normal. Además, la obesidad basal condujo a un aumento del 24 % más rápido del NfL plasmático y un 3,7 % más rápido de la acumulación de amiloide.
El doctor Raji destacó que el análisis sanguíneo resultó ser más sensible que las exploraciones PET para captar el impacto de la obesidad en la patología, lo que consideró un «hallazgo sorprendente».
Los investigadores enfatizaron que la obesidad es uno de los 14 factores de riesgo modificables que, según el Informe de la Comisión Lancet del 2024, representan casi la mitad del riesgo de alzhéimer. Eliminar este factor de riesgo podría «reducir significativamente los casos de alzhéimer o prolongar el tiempo hasta su aparición», aseguró en este sentido Soheil Mohammadi.
Cyrus Raji concluyó, por su parte, que este trabajo es fundamental para futuros estudios, especialmente ahora que existen medicamentos que tratan la obesidad con gran eficacia. Las evaluaciones longitudinales con biomarcadores sanguíneos y resonancias magnéticas se convertirán en la norma para monitorear el efecto de las terapias de pérdida de peso en los biomarcadores del alzhéimer.
«Es maravilloso que tengamos estos biomarcadores sanguíneos para rastrear la patología molecular de la enfermedad de Alzheimer y resonancias magnéticas para determinar evidencia adicional de degeneración cerebral y respuesta a diversos tratamientos. Este trabajo es fundamental para futuros estudios y ensayos de tratamiento». concluye Raji.