La espera de los niños de San Ildefonso: «A muchos les cuesta dormir, están muy nerviosos»

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Las niñas y niños de San Ildefonso preparan el sorteo extraordinario de Navidad 2025
Las niñas y niños de San Ildefonso preparan el sorteo extraordinario de Navidad 2025 Fernando Sánchez | EUROPAPRESS

La educadora social Arancha Martínez ha explicado que hasta el día del sorteo, los niños seleccionados participan en ensayos «dos o tres veces a la semana»

10 dic 2025 . Actualizado a las 08:39 h.

Los niños de la Residencia-Internado de San Ildefonso, en Madrid, llevan desde octubre ensayando para extraer y cantar los números y premios del Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad, que se celebrará en el Teatro Real el próximo 22 de diciembre. Este año, participan 28 menores. Entre los veteranos se encuentra Ángel, de 12 años, que acude por cuarta vez y anima a otros niños y niñas a apuntarse al sorteo porque «mola mucho», porque «cantar es bonito» y es una «experiencia única». «Me gusta cantar y, si hay algún premio, mejor», afirma en una entrevista con Europa Press. De hecho, recuerda que uno de los años cantó el gordo y fue «muy feliz».

También repite Aurora, de 10 años, que confiesa que le produce «mucha emoción». «A veces siento emoción o nervios o incluso felicidad porque estoy haciendo algo muy importante que no mucha gente puede hacer», enfatiza. La pequeña explica que lo que más le cuesta es «el soniquete». «A veces no me salía, entonces, como que me ponía de los nervios y no tenía tanta paciencia», admite. Sobre la preparación de la voz, Aurora indica que los educadores les aconsejan cuidarla para no quedarse afónicos. «Por ejemplo, si juego al fútbol, pues no gritar tan fuerte y ponerme tan emocionada», señala.

La educadora social Arancha Martínez ha explicado que hasta el día del sorteo, los niños seleccionados participan en ensayos «dos o tres veces a la semana». «Van cantando, van leyendo, se les enseña a leer perfectamente el número y a cantar, se tienen que sincronizar», ha comentado.

Tal y como ha puntualizado Martínez, «lo más difícil es el ritmo». «Tienen que mantener un ritmo vivo para que la tabla más o menos dure unos 15-20 minutos, y el mayor miedo que tienen es a que se les caiga la bola», ha apuntado.

A pesar de sus temores, asegura que están «muy ilusionados» porque «les van a ver su familia, sus amigos», y que la noche previa al sorteo, «a muchos les cuesta dormir» porque están «muy nerviosos».

Precisamente, para gestionar esos nervios, los educadores sociales les acompañan y les preparan para imprevistos así como para los casos en los que no les toca cantar ningún premio gordo. «Lo importante es estar ahí, disfrutar de ese día, cantarlo lo mejor posible», zanja.