El Gordo de la lotería, que solucionaba la vida, apenas da para un piso nuevo
SOCIEDAD
El primer premio de Navidad no ha dejado de devaluarse desde el 2013
19 dic 2025 . Actualizado a las 14:35 h.Ganar un premio en la lotería de Navidad, aunque sea el Gordo, hace mucho que no es sinónimo de convertirse en millonario. Desde que el euro sustituyó a la peseta, los premios ya no se cuentan en millones y la inflación ha hecho que un dinero que suponía tener la vida solucionada ahora alcance a duras penas para comprar un piso.
Cuando nació el sorteo de la «Lotería Moderna» el 18 de diciembre de 1812, para restañar las heridas de la Guerra de la Independencia contra los franceses, el boleto costaba 40 reales y el premio mayor era de 8.000 pesos fuertes, unos 64.000 reales. Una casa de 150 metros cuadrados en el centro de Madrid costaba aproximadamente la mitad.
Pero no hace falta irse tan lejos. Basta analizar el último siglo para ver cómo el valor del premio mayor de la lotería de Navidad respecto al coste de la vida ha ido fluctuando y probablemente esté en sus niveles más bajos. Tanto, que los propios loteros —en parte también porque le van las comisiones en ello— han vuelto a insistir en la necesidad de subir el precio del décimo a 25 euros para elevar el Gordo al medio millón, porque lleva en 400.000 euros desde el 2011.

Las comparaciones históricas siempre son complicadas porque, por ejemplo, el coche más común en Galicia en 1925 era el Ford T, un artículo de extremo lujo cuando la automoción estaba prácticamente echando a rodar. Apenas había 2.000 vehículos matriculados, unos 300 en toda la provincia de Ourense. Mientras que en este 2025, el turismo más vendido está siendo el Dacia Sandero, un utilitario urbano de los más baratos del mercado que no llega a los 16.576 euros que se cobran al año de salario mínimo.
El sueldo de 23 años
Por eso la vivienda y el oro, con todas sus imperfecciones, se suelen utilizar más como referencia. Así se puede observar como, en realidad, los valores de 1925 no son muy diferentes a los de esta Navidad. Por ejemplo, el Gordo, que empezó a llamarse así a finales del XIX, daba para comprar 133 onzas de oro y hoy alcanza para unas 114. Sin embargo, en el año 2000, antes de que el precio del metal dorado se disparase por la crisis de las puntocom y los atentados del 11S, con un décimo del Gordo se podían adquirir más de mil de estas piezas.
En cuestiones bastante más cotidianas que comprar oro, también se observan las diferencias con claridad meridiana. En 1950, a mediados del siglo pasado, el premio mayor equivalía a cobrar el salario medio durante 23 años. Ahora apenas supera los quince.
Sin embargo, el verdadero desbarajuste con los premios de la lotería es mucho más reciente. Tuvo incluso una brevísima edad dorada en los años 2011 y 2012. El Gordo, que llevaba sin actualizarse desde los ochenta, se subió de 300.000 a 400.000 euros y no fue hasta el 2013 cuando se le empezaron a aplicar impuestos a todos los premios superiores a 40.000 euros. Una tributación que, en realidad, deja el premio máximo en 328.000 euros netos, el segundo en 108.000 y el tercero en 48.000 euros.
El «tortazo de impuestos», como lo denomina el asesor financiero Javier Acción, y la inflación, que solo en el año 2022 se anotó un 10 %, han lastrado el premio hasta los niveles actuales. Dependiendo de los cálculos, distintos expertos apuntan que el Gordo ha perdido entre un tercio y la mitad de su valor real. Describen que, en términos actuales, el primer premio en los años 2000 equivalía a ese medio millón de euros que reclaman ahora los loteros. Es más, los 400.000 euros del 2011, después de la subida y antes de la aplicación de ese impuesto fijo del 20 %, se calcula que supondrían unos 650.000 euros de este 2025.
Uno entre cien mil
En términos muy resumidos, se podría concluir que durante el último siglo, el primer premio pasó de tener un valor relativo, que equivalía más o menos al salario de tres años a verdaderamente solucionarte la vida. Entre los años cincuenta y los dos mil, el Gordo vivió su verdadera edad dorada porque sí tenía capacidad para trastocar por completo la realidad económica de una familia.
Los cálculos más conservadores sobre la cuantía que debería tener hoy el premio mayor para acercarse al valor que alcanzaba en los años cincuenta lo elevan hasta casi los 600.000 euros, bastante más incluso de lo que están reclamando los loteros. Unos profesionales que, lógicamente, hacen su agosto en esta época por el volumen de ventas, pero no es precisamente cuando más ganan. Sus comisiones, que en otros sorteos suelen rondar el 6 %, en el de Navidad se quedan en torno al 4,5. En cualquier caso, no hay que perder de vista que solo cinco de cada cien personas cobran más dinero en premios de lo que gastan en décimos, y únicamente uno de cada cien mil jugadores va a tener la suerte de que le toque el Gordo.