El cineasta italiano Roberto Benigni inició ayer el rodaje de Pinocho, lo que supone su vuelta a un plató tras La vida es bella, con la que consiguió tres Oscar. Una vieja fábrica de productos químicos de Terni (centro de Italia), cerrada en los años setenta, es el escenario en el que el actor y director toscano ha empezado a trabajar para trasladar su versión de esta conocida fábula para niños. Benigni compatibilizará la tarea de dirección con la de interpretación del famoso personaje, un muñeco de madera que se convertía en niño y al que le crecía la nariz cuando mentía. La mujer del cineasta, Nicoletta Braschi, que ya le acompañó en La vida es bella, dará vida ahora a un hada, mientras que otros artistas italianos interpretarán los papeles de Gepeto, el gato, Pepito Grillo y a los enemigos del pequeño Pinocho. La intención de Benigni es terminar el rodaje en cinco meses.