MIGUEL ANXO FERNÁNDEZ
26 dic 2001 . Actualizado a las 06:00 h.En vacaciones, las star de la mañana se largan con viento fresco, optando por contenidos de compromiso o bien dejando a sus segundos, como en Día a día, con Yolanda Flores en la piel de Teresa Campos. Cotilleo en bruto. La ¿tertulia? destripó a dos señoras y a una tercera la alabaron. Sara Montiel mostró a su nuevo amor, como un apuesto nieto pero en marido. Lo tópico: palabras suyas con un «a la vejez, viruelas» en plan guinda. Más que cachondearse de ella, la tomaron con su suegra, señora quizá no muy agraciada. Ana Obregón fue la siguiente, y a propósito de que la pillaron dándole gusto al cuerpo en un coche y una cámara ¿indiscreta? la sacó pasándoselo de miedo con Micky Molina, al que también le cayeron palos por reprochar a los periodistas que no se ocuparan del hambre infantil en África. Total, que recordaron a Ana sus tiempos de Antoñita la Fantástica y le censuraron su compulsiva tendencia a buscar motivos para salir en los papeles. Eso sí, todos coincidieron en que era muy trabajadora. Qué generosidad. Y de postre añadieron que estuvo muy bien con su número Moulin rouge en el Telepasión 2001, pero no dudaron en atribuir su espléndido aspecto a las virguerías que hacen los focos y el maquillaje. Crueles. Por último, Leticia Sabater y su espectáculo El mago de Oz. La eterna amiga de los niños sigue frunciendo su nariz hasta extremos desaconsejables, pero se llevó todas las alabanzas y piropos.