En 1961, Stanislaw Lem sorprendió a la literatura fantástica con su novela Solaris, que el gran cineasta ruso Andrei Tarkovski trasladó a imágenes en su brillante producción homónima en 1972. Con aquella película, el desaparecido Tarkovski, de convicciones católicas, aseguraba querer reaccionar contra la frialdad espiritual de la obra maestra de Stanley Kubrick, 2001: Odisea en el espacio , realizada tres años antes. El rodaje de aquella Solaris no fue un camino de rosas entre director y novelista, siempre discrepantes. Veinte años después, James Cameron pasó el testigo a Soderbergh, que prefirió introducir en el guión mayores dosis de romanticismo, intentando no traicionar el espíritu de Lem y procurando no profanar la memoria de la magistral versión rusa. El propio novelista, que actualmente vive en Georgia y tiene 82 años de edad, se mostró muy sorprendido por el renovado interés de Hollywood en su texto, sobre todo porque carece «de asesinatos, ni hay guerras espaciales, ni astronautas tipo Schwarzenegger».