«Las horas», tres actrices frente a tres posibles premios Oscar

M.A. Fernández REDACCIÓN

TELEVISIÓN

Llega a las salas españolas el filme protagonizado por Nicole Kidman, Meryl Streep y Julianne Moore Con su segundo filme, Daldry se consolida como uno de los directores más solventes

20 feb 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

El Pulitzer de 1998 era un bocado apetitoso para cineastas apasionados por el riesgo porque la novela de Michael Cunningham estaba considerada como un material de muy complicada adaptación para las pantallas. De hecho, cuando el productor Scott Rudin habló con el autor para la adquisición de Las horas , estaba seriamente convencido de que se trataba de un error. Sin embargo, y pese a algunas dificultades de posproducción, nuevamente provocadas por el polémico Harvery Manostijeras Weinstein (el mismo que masacró Gangs of New York y recortó Frida ), la película pudo rodarse en Londres, Florida y Nueva York entre enero y abril de 2001, con algunas escenas adicionales con Julianne Moore a comienzos del 2002. Finalmente, Las horas está entre las grandes sorpresas del año en Hollywood y aspira a varios Oscar. Los 23 millones de euros del presupuesto ya están plenamente amortizados y con ella, el británico autor de Billy Elliot, Stephen Daldry, se afianza con su segunda película entre los directores más solventes de una industria que confirma tener en las Islas a un vivero inagotable (recuérdense como casos más recientes los de Sam Mendes o Nicholas Hytner). Escritoras y amas de casa Es la historia de tres mujeres en la piel de tres grandes actrices. Nicole Kidman es la escritora Virginia Woolf y está en 1923, Julianne Moore es un ama de casa de Los Ángeles en 1949, y finalmente Meryl Streep es poetisa neoyorquina a finales de los noventa. Las tres se las verán con sus demonios internos, para sucumbir o para sobrevivir. Al manejarse en tres espacios temporales, con el correspondiente esfuerzo de producción y la necesidad de retener la atención del espectador, en el trabajo del guionista David Hare descansa buena parte del mérito que la crítica atribuye a un filme que confirma lo erróneo de la tesis que asegura una preocupante escasez de guiones para actrices maduras en el Hollywood actual. Entre las anécdotas de la película esta la prótesis nasal que luce Nicole Kidman y que no gustaba nada al citado Weinstein; la procesión de compositores que precedieron a Philip Glass (elegido finalmente después de rechazar los tauteos de Stephen Warbeck y Michael Nyman); el interés de Pedro Almodóvar por la novela entre sus proyectos futuros (de hecho uno de los protagonistas de Hable con ella tiene un ejemplar sobre su mesita de noche), y que el autor de la novela sale fugazmente en el filme cuando Meryl Streep entra en una floristería.